A Nikola le crecen los enanos, ahora sus primeros camiones de hidrógeno también dan problemas
Nikola está afrontando ahora serias dificultades, otra vez, y en esta ocasión con sus camiones de hidrógeno como grandes protagonistas. Sus primeros compradores comparten ahora algunas malas experiencias con estos vehículos pesados de pila de combustible.
Nikola es un fabricante norteamericano de camiones que, en los últimos años, ha sido más protagonista por noticias negativas que por otra cosa. Sus camiones eléctricos les han traído de cabeza, hasta el punto de que su reputación se vio seriamente dañada por las mentiras de su fundador hace unos años. Esto le hizo recibir una sentencia de cuatro años de prisión y Nikola tuvo que retirar cientos de sus primeros camiones eléctricos por riesgo de incendio en sus baterías.
Ahora, con la tecnología de pila de combustible como elemento central, parecía que a Nikola le iban bien las cosas. Durante los primeros meses de los camiones Tre FCEV de hidrógeno, en los que se pudieron completar rutas de hasta 645 kilómetros para las primeras entregas, todo pintaba mucho mejor para el fabricante norteamericano. Sin embargo, todo se está a volviendo a torcer para una marca que parece tener un mal de ojo encima.
La empresa Coyote Container y su fundador William Hall fueron los protagonistas de esas primeras rutas con el camión de Nikola impulsado por hidrógeno. Ahora, la ilusión con estos semirremolques de pila de combustible vuelve a mostrar síntomas negativos, hasta el punto que las acciones de la compañía han vuelto a caer a mínimos que no se veían desde hace un año. ¿El motivo principal? La mecánica con pila de combustible parece apagarse de forma impredecible durante las rutas.
Pero esto no se queda aquí: William Hall cita diferentes problemas que se está encontrando con los camiones de 17,7 toneladas alimentados por hidrógeno. Por ejemplo, los costes operativos, que son más altos de lo previsto, el coste del combustible, las limitaciones que están encontrando con el tema del peso (el camión pesa unas 12,2 toneladas, frente a las 7,2-8,1 toneladas de un camión diésel) y las preocupaciones por la garantía.
«He tenido que lidiar con más grúas en los últimos 10 meses que en todos mis 62 años. He experimentado una cantidad increíble de tiempo de inactividad pro reparaciones en garantía, lidiando con fallos de batería y apagados de las celdas de combustible», aseguró William Hall, que ha publicado todas estas problemáticas en las redes sociales.
Súmale a todo esto una denuncia oficial de la NHTSA, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de los Estados Unidos, contra el camión de Nikola. Según esta denuncia, el vehículo pesado sufrió cinco cortes del sistema de propulsión durante la ruta, siendo fallos impredecibles que se producían cuando todavía se mostraban bastantes kilómetros restantes de autonomía. Y lo que podría ser lo peor, los mayores incidentes se produjeron cuando el camión tenía apenas 900 millas en el odómetro (poco menos de 1.500 km) y con unos 45.600 km.
La compañía norteamericana, que todavía no se ha pronunciado oficialmente al resto, publicó hace unas semanas un boletín de servicio técnico en los que menciona que los problemas tienen que ver con un accesorio del sistema refrigerante que se puede aflojar por un exceso de tensión. Un problema que afecta a todos los semirremolques alimentados de hidrógeno de Nikola y que vuelven a poner a la compañía norteamericana si no en serios apuros, de nuevo con nubes de dudas sobre sus cabezas.
Fuente | Electrek