Este Tesla Model Y cuenta con un sistema eléctrico con extensor de autonomía por metanol y 1.000 km de autonomía
La empresa austríaca Obrist ha desarrollado un sistema eléctrico con extensor de autonomía por metanol para el Tesla Model Y, y lo ha mostrado con sus primeros prototipos capaces de recorrer hasta 1.000 km con cada carga y depósito.
La empresa austriaca Obrist ha presentado una versión modificada del Tesla Model Y, denominada “hiperhíbrida”. Este prototipo se basa en una combinación cuando menos novedosa, donde trabajan de forma conjunta una batería, el motor eléctrico y un motor alimentado por metanol. Un extensor de autonomía que indican es de lo más sostenible.
Con el Model Y Hyper-Hybrid, Obrist pretende demostrar que es posible llegar a un compromiso tecnológico
La idea es que el Model Y pueda moverse en el día a día usando la energía de su batería, pero que cuando necesite hacer un viaje largo, no tenga que parar a cargarla, usando para ello un motor que utiliza metanol como combustible.
De hecho, además de la transformación del SUV eléctrico, la empresa con sede en Lustenau, Austria, también ha desarrollado un combustible innovador, llamado aFuel.
Este metanol sintético se elabora a partir de un 10% de CO2 capturado en el aire, un proceso que pretende reducir la huella de carbono. Según Obrist, este combustible es incluso capaz de conseguir una huella de carbono negativa gracias a un proceso que convierte parte del CO2 en carbono sólido, eliminado del ciclo global.
La empresa explica que “aFuel combina la producción de eMetanol, un portador de energía líquida global, con un proceso de sumidero de carbono”. Esta prometedora tecnología podría revolucionar el mercado de los combustibles sostenibles, aunque su desarrollo a gran escala sigue siendo un desafío.
De momento no han dado datos concretos sobre el rendimiento de este concepto, pero la primera generación del sistema, instalado en un Tesla Model 3, suponía reducir la capacidad de la batería hasta los 17 kWh, con 96 km de autonomía eléctrica, al que han añadido un extensor de autonomía gasolina, que le permitía recorrer hasta 1.000 km con cada carga, con un consumo real de 2 litros a los 100 km y unas emisiones de 23 gramos de CO2 por km.
Una idea que tenía unos costes bastante razonables, donde añadir el pack de baterías supondría un coste de 2.000 euros, mientras que el motor gasolina añade otros 1.200 euros. En total apenas 3.200 euros de coste de materiales para la conversión más mano de obra.
Un concepto que ahora ha evolucionado con el metanol como combustible, y que en breve se conocerán todas sus prestaciones.