Más impuestos a los coches de gasolina y diésel, la solución de Greenpeace para impulsar las ventas de eléctricos
La conocida organización ecologista Greenpeace ha propuesto a las autoridades alemanas la creación de un nuevo impuesto para los automóviles con motor de combustión interna que permita financiar las ayudas a los eléctricos.
Las ventas de coches eléctricos se han hundido en Alemania, hasta el punto de que Reino Unido ha adelantado al país germano como el mayor mercado europeo para este tipo de vehículos. Esta caída se ha debido en gran medida a la brusca supresión del programa de ayudas estatales a finales del año 2023.
La conocida organización ecologista Greenpeace ha pedido a las autoridades un impuesto adicional para los coches nuevos con motor de combustión interna, el cual podría emplearse para financiar un nuevo plan de subvenciones a la compra de coches eléctricos. Según los cálculos de la ONG, esta medida permitiría la recaudación de hasta 8.000 millones de euros, suficiente para crear un bono de 4.500 euros para 1.8 millones de vehículos cero emisiones.
La nueva tasa sería un impuesto de matriculación similar al que se puede encontrar en otros países de la Unión Europea como Dinamarca, Países Bajos o Suecia. «El próximo gobierno federal podría utilizar estos ingresos para financiar los vehículos eléctricos pequeños y así acelerar el cambio de los motores de combustión a los vehículos eléctricos», explica Marion Tiemann, experta en movilidad de Greenpeace.
La organización cree que, gracias a este impuesto, grupos autóctonos como BMW, Mercedes-Benz o Volkswagen cumplirían con mayor facilidad los nuevos límites de emisiones comunitarios, ahorrándose posibles multas. Y es que, de acuerdo con Transport & Environment, Volkswagen sería el grupo europeo con más dificultades para alcanzar sus objetivos en 2025.
Los fabricantes rechazan la propuesta de Greenpeace
Para evitar las multas de Bruselas, la multinacional alemana tendría que alcanzar una cuota de eléctricos del 22%, algo harto complicado si tenemos en cuenta que sus propuestas eléctricas de acceso (CUPRA Raval, Skoda Epiq, Volkswagen ID.2…) no llegarán hasta 2026.
Como era de esperar, la VDA (Asociación de la Industria del Automóvil alemana) ha mostrado su rechazo a esta propuesta. «Un impuesto de matriculación no es ambientalmente conveniente ni ayuda a fortalecer la aceptación social de una movilidad climáticamente neutra. Más bien, amenaza con ser una carga para los consumidores», señala un portavoz de la asociación de fabricantes.
El grupo también insiste en que este impuesto perjudicaría a aquellos usuarios que necesiten adquirir un automóvil pero todavía no se puedan permitir un vehículo completamente eléctrico por motivos económicos u otras razones (véase la infraestructura de carga, autonomía, etc).
Fuente | Rheinische Post Online