El sueño europeo de baterías se desmorona: Northvolt en bancarrota en medio de un fuerte escándalo

La iniciativa europea de producción de baterías, Northvolt, camina hacia su liquidación en medio de graves acusaciones de mala gestión centrada en sus principales directivos.

El sueño europeo de baterías se desmorona: Northvolt en bancarrota en medio de un fuerte escándalo

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Publicado: 12/03/2025 10:30

Northvolt, el fabricante europeo de baterías que alguna vez fue considerado un líder en la industria del continente, ha presentado una solicitud de quiebra en Suecia debido a «dificultades financieras insuperables».

A pesar de haber recaudado más de 10.000 millones de dólares desde su fundación en 2016, con inversiones significativas de empresas como Volkswagen y Goldman Sachs, Northvolt enfrentó desafíos críticos para comenzar su producción. La cancelación de un préstamo verde de 5.000 millones de dólares y una deuda acumulada de más de 8.000 millones de dólares agravaron su situación financiera.

Quiebra de Northvolt: impacto en la industria europea

Fábrica de Northvolt.

La caída de Northvolt supone un golpe significativo para las ambiciones de Europa en el sector de coches eléctricos, ya que la empresa era vista como una alternativa a los fabricantes asiáticos de baterías. La pérdida de un actor clave como Northvolt podría retrasar el desarrollo de una cadena de suministro de baterías independiente en la región.

Pero, ¿por qué ha colapsado Northvolt? La respuesta es variada, aunque hay un factor determinante: la pésima gestión de su dirección.

Dos nombres destacan por encima del resto: el inversor de riesgo Harald Mix y el ex director ejecutivo Peter Carlsson.

La reputación de Harald Mix en el mundo financiero y la experiencia de Peter Carlsson en Tesla fueron clave para que Northvolt pudiera recaudar dinero de forma rápida y masiva. Sin embargo, Carlsson nunca había dirigido un proyecto industrial del tamaño de Northvolt, y los resultados hablan por sí solos. Los problemas con la producción de la empresa han sido ampliamente documentados, con fallos tan básicos que deberían haber sido detectados antes por los inversores. De hecho, Northvolt no logró producir ni una sola batería funcional.

En un intento desesperado de justificar su fracaso, se llegó a filtrar información insinuando que China había saboteado deliberadamente la maquinaria de Northvolt para impedir la producción.

Por su parte, Harald Mix, autoproclamado «genio financiero», centró su estrategia en maximizar sus beneficios personales. Su experiencia se basa en ganar dinero para sí mismo, sin haber dirigido jamás una empresa de manufactura, y mucho menos una tan compleja como la producción de baterías.

Uno de los principales problemas de Northvolt fue su estructura financiera: la empresa conseguía pedidos y luego recaudaba capital y préstamos que serían reemplazados por financiamiento más barato cuando comenzara la producción. Esto permitió a Harald Mix que con una inversión de apenas 14,5 millones de euros, hacerse con más del 7% de la compañía, cuyas acciones llegaron a estar valoradas en 8.000 millones de euros. Un gran negocio para él, pero un riesgo enorme para la empresa si algo salía mal, como finalmente ocurrió.

Lo más escandaloso es que varios directivos, liderados por Peter Carlsson, lograron vender sus acciones y ganar cientos de millones de euros antes del colapso.

Ahora, las autoridades deberán investigar varias cuestiones clave:

  • ¿Qué análisis de riesgos realizó la junta directiva sobre la producción de baterías?
  • ¿Qué evaluación propia hicieron los fondos de pensiones suecos antes de invertir?
  • ¿Cómo pudieron inversores y prestamistas, incluidos el Banco Europeo de Inversiones y la Oficina Nacional de Deuda de Suecia, apoyar a una empresa con una deuda tan elevada y vulnerable?
  • ¿Quién aprobó la venta de acciones por parte de los directivos?

Lo único claro es que los 7.000 trabajadores que llegaron a trabajar en la gran esperanza europea de la producción de baterías perderán sus empleos. Peor aún, muchas pequeñas y medianas empresas proveedoras de componentes y servicios no podrán cobrar lo adeudado, lo que ha llevado al cierre de algunas de ellas.

Peter Carlsson, en el centro de la imagen

La noticia ha generado gran preocupación entre empleados y sindicatos. El sindicato Unionen, que representa a unos 1.300 trabajadores de Northvolt, calificó el anuncio como un «día muy oscuro» y aseguró que colaborará con el administrador de la quiebra para proteger los intereses de sus miembros.

El colapso de Northvolt deja en evidencia los desafíos que enfrentan las empresas europeas en la competitiva industria de baterías, dominada por fabricantes asiáticos consolidados como CATL.

Para que Europa pueda competir en este mercado en crecimiento, será fundamental desarrollar una estrategia sólida y sostenible, posiblemente a través de una mayor colaboración con empresas chinas, cuya experiencia en el sector es indiscutible en una posibilidad que ya ha sido sondeada por las empresas del gigante asiático.

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