
Los camiones eléctricos convencen también a estos bomberos tras un año de uso diario
Tras un año de pruebas en situaciones reales, los bomberos de la Universidad Técnica de Múnich han terminado aceptando de buen grado el primer camión de bomberos impulsado por tecnología eléctrica. Estas son las ventajas y retos de este tipo de vehículos.

La tecnología 100% eléctrica está ganando protagonismo en el mercado automovilístico, especialmente en el de los turismos. Hay otros segmentos cuya transición está siendo más compleja, como la de los camiones, autobuses… Los vehículos pesados deben afrontar también su propia fase de transición, con sus propias ventajas y desventajas. Cada vez vemos más modelos de camión de producción con tecnología puramente eléctrica, pero hay una tipología muy concreta que todavía es muy poco común.
Hablamos de los camiones de bomberos. Prácticamente todo lo que hemos oído en los últimos años sobre este tipo de camiones eléctricos tienen que ver con la compañía austriaca Rosenbauer, especializada en la fabricación de vehículos de bomberos. Suyo es el RTX, el primer camión autobomba alimentado con baterías. La firma centroeuropea es protagonista también de esta última noticia, para la cual tenemos que irnos a Múnich.
Concretamente a la unidad de bomberos de la Universidad Técnica de la ciudad bávara (TUM), la cual lleva un año probando uno de sus camiones de bomberos con tecnología eléctrica. La propia central reconoce el escepticismo inicial y las dudas que generó la llegada de este vehículo al garaje de la TUM. «No podemos confiar en experimentos en una emergencia», decían las encuestas internas, que dudaban del alcance del vehículo, de la seguridad operativa, de la fiabilidad o de los tiempos de carga.
Un año ha pasado desde entonces y son ya el único cuerpo de bomberos de la región de Baviera en operar vehículos eléctricos para el rescate y la extinción de incendios. «Invertir de nuevo en motores de combustión pura era impensable. Como departamento de bomberos, también debemos abordar la sostenibilidad y la viabilidad futura», reconocía el jefe del departamento de bomberos, Jürgen Wettlaufer.

El vehículo en cuestión estaba preparado para tales tareas: 360 kW (490 CV) de potencia, un diseño ergonómico, una batería de 66 kWh, tracción 4x4, hasta 7 asientos y algo muy importante, un extensor de autonomía que aporta 225 kW más. Así pues, la presencia de este motor de gasóleo de seis cilindros, alimentado por biodiésel, lo convertía en realidad en un camión EREV, entrando en funcionamiento cuando fuese necesario. El equipo de bomberos de la TUM, que pesa 16 toneladas y que incluso tiene una capacidad de vadeo de 50 cm, acabó rendido a las ventajas de este camión eléctrico, que encajaba perfectamente en sus tareas diarias: unas 5-6 salidas cada día, con una duración media de unos 30 minutos y con trayectos medios de 2,4 kilómetros, por lo que podían funcionar en eléctrico prácticamente siempre sin necesidad del extensor.
Las ventajas encontradas en este Rosenbauer eléctrico fueron significativas: más allá de ser práctico para el día a día, notaron una reducción importante de los niveles de ruido durante las operaciones, algo que creas o no va en favor de la comodidad… y de la seguridad. «Esto nos permite comunicarnos mucho mejor, lo cual es fantástico. Además, se puede entender la radio y a los compañeros sin problemas, y no hay que hacer preguntas constantemente».
El hecho de no tener constantemente un motor de combustión en funcionamiento mientras el camión está parado realizando sus operaciones, en más de un 97%, también es una ventaja: la mayoría de las unidades y herramientas del camión pueden funcionar con la energía de la batería. En realidad, solo las operaciones prolongadas de extinción de incendios de más de media hora necesitan la activación del extensor, que sirve como apoyo de la bomba de agua. En último lugar, prometen tener un sistema de carga más sostenible gracias al sistema de paneles solares en el techo del parque de bomberos.
Los retos más habituales de este tipo de vehículos eléctricos tienen que ver con algo que hemos comentado: bombear agua con alta presión consume mucha energía. Como es normal, este tipo de vehículos necesitan contar con la infraestructura de carga rápida necesaria en los parques. Su mayor peso debido a las baterías podría afectar a su maniobrabilidad o a la capacidad de carga útil, además del mayor coste a la hora de su adquisición, aunque también es cierto que la reducción en los costes de operación y mantenimiento supondría una ventaja con el paso del tiempo.
Fuente | TUM