¿El fin del líquido de frenos? Así es el futuro del frenado eléctrico

El clásico sistema hidráulico de frenos está a punto de ser reemplazado por una solución eléctrica más precisa, segura y eficiente. El freno por cable reduce el mantenimiento, mejora la frenada y encaja como un guante en los coches eléctricos. Y está listo para asaltar el mercado.

¿El fin del líquido de frenos? Así es el futuro del frenado eléctrico

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Publicado: 21/11/2025 18:00

Pese a todos los avances tecnológicos que vemos cada año, hay componentes en los coches que llevan más de un siglo funcionando de forma bastante similar. Uno de ellos es el sistema de frenos hidráulicos, que apareció en Estados Unidos justo al acabar la Primera Guerra Mundial y desde entonces ha ido evolucionando con mejores materiales, servofrenos o el conocido ABS. Pero según ZF Friedrichshafen, uno de los principales fabricantes del sector, el reinado del sistema hidráulico está llegando a su fin.

Solo en los últimos tres años, ZF ha producido más de 3.000 millones de componentes de freno. Y eso les da cierta autoridad para decir que el futuro es el freno por cable (o brake-by-wire, para los que aún usen términos en inglés). Este sistema prescinde del líquido de frenos y de la conexión mecánica directa entre el pedal y los discos. En su lugar, todo se gestiona de forma electrónica y con motores eléctricos montados en las pinzas de freno.

Menos mantenimiento, más precisión y compatible con coches eléctricos

¿El fin del líquido de frenos? Así es el futuro del frenado eléctrico

La evolución del coche moderno está empujando con fuerza hacia este tipo de soluciones. Entre los sistemas de asistencia a la conducción, la electrificación de los trenes motrices y la necesidad de integrar cada vez más funciones entre sí, el salto al freno por cable es cuestión de tiempo. De hecho, ya hay configuraciones funcionando tanto en las cuatro ruedas como en versiones híbridas que combinan frenos eléctricos y frenos hidráulicos, especialmente en vehículos comerciales ligeros.

¿Y cómo funciona? El conductor pisa el pedal, pero lo que ocurre después no es que se genere presión hidráulica como hasta ahora, sino que se activa una caja de sensores que mide la fuerza aplicada. Esa señal va directamente a los frenos eléctricos, que actúan con precisión milimétrica. Esto permite, por ejemplo, frenar y girar al mismo tiempo con mayor seguridad, algo especialmente útil en situaciones dinámicas o de emergencia.

Además, los sistemas por cable permiten aprovechar mejor la frenada regenerativa en los coches eléctricos, una de las claves para mejorar su eficiencia. También tienen una gran ventaja en los vehículos modernos, que cada vez son más pesados: permiten generar presión de frenado de forma más rápida, algo esencial para mantener el control y reducir las distancias de detención.

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Pero la cosa no queda ahí. El mantenimiento se simplifica notablemente: no hay líquido de frenos que revisar ni que sustituir con el tiempo, ni cilindros hidráulicos o latiguillos que puedan fallar con los años. También desaparece ese rozamiento residual que aparece cuando las pastillas no se retraen del todo, un problema que reduce ligeramente la eficiencia del vehículo y, en los eléctricos, también su autonomía.

Por último, hay un detalle que a muchos les parecerá menor pero que suma puntos: el líquido de frenos no solo es sucio y desagradable de manejar, sino que también puede dañar la pintura si se derrama. Y al ser higroscópico, absorbe humedad, lo que acaba degradando su rendimiento.

ZF ya tiene en marcha dos sistemas distintos: uno completo para las cuatro ruedas enfocado a turismos, y otro híbrido pensado especialmente para el mercado estadounidense y camiones ligeros. En estos últimos, los frenos eléctricos se montan en el eje trasero y se combinan con frenos hidráulicos delante. Esto no es solo por cuestiones de coste o complejidad, sino también porque los frenos de estacionamiento eléctricos convencionales no siempre son capaces de mantener inmóviles vehículos tan pesados. Los frenos eléctricos sí pueden hacerlo, y además cumplen doble función: frenar en marcha y servir de freno de mano.

El camino hacia el freno por cable ya está en marcha. Y aunque tardaremos un poco en verlo como estándar, está claro que la época del líquido de frenos tiene los días contados.

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