
Jeep ya fabricó un coche eléctrico hace 50 años, pero el tiempo lo relegó al olvido
El primer Jeep eléctrico nació mucho antes de lo que piensas: corría el año 1975 cuando vio la luz el DJ5-E Electruck, un vehículo de reparto concebido específicamente para el servicio postal.

No son pocos los que creen que el Jeep Avenger, lanzado al mercado en 2022, fue el primer coche eléctrico de la marca estadounidense. Nada más lejos de la realidad: hace ya cincuenta años, el especialista en todoterrenos comercializó un modelo de este tipo a pesar de que por aquel entonces la tecnología todavía estaba en pañales, algo que también hicieron otras marcas en respuesta a la crisis del petróleo de 1973.
El primer Jeep eléctrico fue el DJ5-E Electruck. Su desarrollo comenzó en 1974, poniéndose a la venta a finales del año siguiente. Se trataba de un vehículo de reparto completamente eléctrico basado en el Jeep Dispatcher. Contaba con dos baterías de plomo-ácido de 27 voltios, mientras que el motor, que accionaba las ruedas traseras, rendía una modesta potencia de 30 CV. Su velocidad punta se situaba en 53 km/h, mientras que la autonomía se quedaba en apenas 47 km.
El Servicio Postal de Estados Unidos adquirió 352 unidades para el reparto urbano, utilizándolas en ciudades muy contaminadas. El modelo fue adoptado más tarde por la administración de correos canadiense, que compró un total de 5 ejemplares. Según explica el propio fabricante, el vehículo demostró una gran capacidad de adaptación a los duros inviernos del país norteamericano.
A día de hoy, la gama cero emisiones de Jeep está compuesta por tres vehículos: el Avenger, el Wagoneer S (que por el momento no se ofrece en el mercado europeo) y el nuevo Compass. Este último comenzó a fabricarse hace escasos días en la factoría del grupo Stellantis en Melfi (Italia), por lo que su llegada a las carreteras debería producirse en las próximas semanas.

Jeep prepara los nuevos Recon y Renegade eléctricos
Basado en la plataforma STLA Medium de los Citroën C5 Aircross, Opel Grandland y Peugeot 3008, el recién llegado dispone de tres versiones eléctricas. El modelo de acceso rinde 213 CV y utiliza una batería de 74 kWh que le permite rondar los 500 km WLTP de autonomía. Más adelante se añadirán tanto una versión de mayor alcance (hasta 650 km WLTP) como un tope de gama con tracción a las cuatro ruedas y 375 CV.
Esta última variante cuenta con un motor trasero más potente que sus hermanos de plataforma; además, gracias a un reductor de 14:1, ofrece un par de 3.100 Nm en las ruedas posteriores. Sobre el papel, esto debería proporcionarle unas capacidades off-road más destacadas que las de sus principales competidores en el segmento C-SUV.

El Avenger por su parte utiliza la conocida eCMP de los FIAT 600 y Opel Mokka. Su propulsor de 156 CV (115 kW) en posición delantera se combina con una batería de 51 kWh de capacidad, la cual le otorga una autonomía de 400 km WLTP. Hoy por hoy, se trata de uno de los eléctricos más populares de Stellantis en el viejo continente.
En los próximos meses, Jeep seguirá ampliando su familia de BEV (Battery Electric Vehicles) con varias adiciones, incluido el todoterreno Recon, que ocupará un lugar similar al del Wrangler en la gama, así como el Renegade de segunda generación, que probablemente esté estrechamente emparentado con los Citroën C3 Aircross y Opel Frontera. Se tratará por lo tanto de su eléctrico más barato a pesar de que será más grande que el Avenger.


