
Europa y China se necesitan con el coche eléctrico, ¿por qué tantas trabas?
El IAA de Múnich nos dejó claro que los fabricantes chinos son un actor protagonista más en el mercado automovilístico europeo. Aunque son vistas como una amenaza para las marcas occidentales, ambos bandos pueden sacar provecho unos de otros.

Vivimos en un cambio de era en la industria del automóvil no sólo en Europa, sino en todo el mundo. Los fabricantes chinos han llegado para quedarse y, duela más o menos, son la referencia en el desarrollo de coches eléctricos. Quizás Europa quiera tomar medidas urgentes para ganar protagonismo e impulsar la producción y venta local de sus vehículos eléctricos, pero saben que parten en una posición clara de desventaja.
La apuesta del gobierno chino para impulsar a sus marcas comenzó hace más de una década y ahora están empezando a coger los primeros frutos. Eso, sin embargo, abre el panorama para que los fabricantes occidentales puedan aprovecharse de la situación y unirse a la carrera ganadora por vender más y más vehículos electrificados, más baratos y en menos tiempo. Sin embargo, eso significaría “ceder” ante el rival, unirse a él. “Si no puedes con tu enemigo, únete a él”, o eso dicen, ¿no?
De toda la vida las marcas occidentales han tenido que unirse a un fabricante chino si querían vender coches en el mercado más grande del mundo. Solo Tesla fue una excepción con su Gigafábrica de Shanghái, con la que obtuvo una independencia nunca vista antes. No obstante, las marcas chinas no fueron tontas, ni mucho menos, y aprendieron de los métodos de trabajo de la marca de Elon Musk para lanzar la tecnología que tienen hoy día, donde las plataformas modulares ahorran ingentes cantidades de dinero y aceleran los procesos.

Eso es precisamente lo que las marcas europeas tienen que valorar, y de hecho ya lo han hecho, lo parezca o no. Ya sea para apuntarse a la competida guerra de vehículos de nueva generación en el mercado chino o para lanzar vehículos globales. Todo vale. «Es una solución muy inteligente y beneficiosa para todos», afirman los analistas. A los europeos, porque pueden acceder a su tecnología superando los obstáculos de su costoso y lento desarrollo (millones de euros y años salvados); a los chinos, porque reciben ingresos adicionales, vitales si tenemos en cuenta la cruenta guerra de precios en el gigante asiático.
Audi lo ha hecho con su nuevo E5 Sportback, aliándose con el gigante chino SAIC (MG) e iniciando sus ventas al otro lado del mundo. Toyota con GAC, y Volkswagen con XPENG, son otros dos fabricantes que quieren sacar provecho de la tecnología china para lanzar nuevos modelos eléctricos de forma veloz. Ford y Renault también, solo que sus miras están puestas en el mercado global. No nos olvidemos del movimiento de Stellantis con Leapmotor, o que el exitoso eléctrico del Grupo Renault, el Dacia Spring, aprovechó la plataforma de Dongfeng en China para lanzarlo en 2021 para Europa. Incluso el inminente Twingo eléctrico tendrá genes chinos.
«Obtendrás un producto de mucha mayor calidad en el mercado en un período de tiempo más corto», afirman los expertos, sin dejar a un lado tampoco la idea de que, de convertirse en meros dependientes de la tecnología china, las marcas occidentales perderán enormemente capacidad para diferenciarse. Sin embargo, quizás las urgencias manden más en este momento. ¿No creéis?
Fuente | Reuters