
Solo una marca logra esquivar el desastre de las emisiones en Europa
Los fabricantes europeos superan en un 9% el límite de emisiones de CO₂ fijado para 2025. Solo BMW está cerca de cumplir, mientras que otros como Volkswagen o Nissan se alejan peligrosamente y van de cabeza hacia la zona de las sanciones.

Las nuevas exigencias de emisiones de CO₂ en Europa están poniendo contra las cuerdas a la industria del automóvil. Según un informe reciente del International Council on Clean Transportation (ICCT), los fabricantes están superando en un preocupante 9% el límite de emisiones establecido por la Unión Europea.
Durante el primer semestre de 2025, la media de emisiones de los coches nuevos vendidos en el continente fue de 101 g/km, bastante por encima de los 93 g/km que marca la normativa europea. Esto supone un claro aviso de que las estrategias de electrificación no están funcionando como se esperaba, al menos para la mayoría.
Mientras algunos fabricantes logran mantener el rumbo gracias a una apuesta decidida por los coches eléctricos, otros siguen dependiendo de sus modelos térmicos, lo que dificulta alcanzar los objetivos climáticos sin comprometer las ventas.
Objetivos personalizados y alianzas para maquillar las cifras

A pesar de que las cifras parecen claras, la normativa europea introduce cierta flexibilidad: cada marca tiene un objetivo individual, determinado en función del peso medio de los coches que vende. Así, los fabricantes centrados en SUV pueden permitirse niveles de emisiones algo más altos que aquellos que apuestan por coches urbanos.
Además, existe otra fórmula para maquillar las cifras: las agrupaciones estratégicas. Varias marcas pueden formar alianzas para combinar sus emisiones y tratar de cumplir colectivamente los objetivos. Tesla, por ejemplo, suele ser un socio codiciado gracias a su gama 100% eléctrica.
El cálculo definitivo de cumplimiento se realizará sobre una media trienal (2025-2027), lo que da cierto margen a los que aún van rezagados. Pero este colchón de tiempo puede no ser suficiente para todos.
BMW marca el camino, Volkswagen se queda atrás y Nissan se hunde

El grupo que mejor parado sale es BMW, con una media de 92 g CO₂/km, muy cerca de su objetivo de 88 g/km. Su éxito se explica por una estrategia equilibrada: un 25% de sus ventas ya son eléctricas y un 14% corresponden a híbridos enchufables. Sin renunciar al lujo, ha sabido diversificar su oferta sin perder volumen.
En el otro extremo, Volkswagen presenta una de las mayores decepciones. A pesar de tener cinco modelos eléctricos entre los diez más vendidos en Europa, sus emisiones medias alcanzan los 105 g/km, muy lejos de su objetivo de 92 g/km. ¿El motivo? Una electrificación insuficiente: solo el 18% de sus ventas corresponden a coches eléctricos y el 9% a híbridos enchufables.
Entre medias se sitúa la alianza Mercedes-Volvo-Polestar, con 94 g/km frente a un objetivo de 86 g/km. La balanza se inclina gracias al empuje de Polestar, que compensa parcialmente las emisiones elevadas de los modelos AMG y los SUV de Volvo. Se espera que la llegada de nuevos modelos eléctricos, como la próxima berlina compacta de Mercedes, mejore la situación.

La alianza entre Tesla, Stellantis y Toyota es otro ejemplo de estrategia fallida: con una media de 101 g/km frente a un objetivo de 95 g/km, ni siquiera la presencia de Tesla logra equilibrar las emisiones de Stellantis, que sigue avanzando con cautela, o Toyota, que mantiene su línea híbrida tradicional. La pregunta es si Tesla podría llegar a enfrentarse a sanciones por emisiones, teniendo una gama 100% eléctrica. La otra salida es romper este acuerdo, que dejaría a Stellantis y Toyota muy tocadas.
Renault, con 102 g/km, confía en el impulso de modelos eléctricos populares, como el Renault 5, para acercarse a su objetivo de 96 g/km. Por su parte, los coreanos Hyundai y Kia mantienen una posición algo más favorable, con 99 y 96 g/km respectivamente. El lanzamiento de nuevos modelos debería ayudarles a corregir el rumbo antes de 2027.
El gran derrotado, sin discusión, es Nissan, con 122 g/km. La marca japonesa no ha logrado renovar su gama de forma efectiva desde la llegada de la Leaf, y su ausencia en el mercado de coches eléctricos de nueva generación empieza a pasarle factura. Si no reacciona con rapidez, podría enfrentarse a sanciones económicas severas en los próximos 18 meses, y su economía no está para grandes sustos.