Hace unas semanas hemos visto como Toyota ponía en marcha un interesante proyecto de almacenamiento eléctrico usando baterías recicladas de sus híbridos. General Motors prepara algo similar, pero pensando en el mercado residencial e industrial y utilizando las baterías procedentes de sus coches eléctricos.
GM colaborará con ABB para conseguir recuperar las baterías que por diferentes cuestiones, pérdida de autonomía o accidente, ya no sirven para su uso en un coche, pero si mantienen suficiente capacidad como para servir de respaldo para la red en una vivienda, o en una empresa.
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El primer Chevrolet Volt que pasa de los 300.000 kilómetros, y sin pérdida de capacidad en su batería [/blocktext]
De momento no hay detalles de una operación que será presentada de forma oficial mañana mismo. Un movimiento a medio o largo plazo que parece se convertirá en una parte importante del nuevo negocio de los fabricantes que ven como pierden aspectos como los mantenimientos con los coches eléctricos, pero tienen la oportunidad de desarrollar nuevas formas de ingresos procedentes del reciclaje de estas baterías, o incluso también como una alternativa de dar salida a las baterías en caso de sobre producción.
El principal problema será que las propias baterías montadas en los modelos de General Motors, procedentes en el caso del Volt, el Spark y el próximo Bolt, son fabricadas por LG. Unos packs que han demostrado en al vida real un rendimiento y durabilidad por encima de las expectativas.
Esto que nos lleva a pensar a que esta nueva fuente de ingresos no empezará a dar sus primeros frutos al menos hasta dentro de 8 o 10 años, cuando los actuales propietarios empiecen a solicitar el cambio de sus baterías.
Vía | Reuters
