Primer vistazo a los elementos del nuevo sistema Autopilot de Tesla
Como recordaréis, hace unas semanas Tesla ha presentado el nuevo sistema Autopilot. Una nueva generación añadida a los coches fabricados a partir del 16 de octubre, y que supone la incorporación de una serie de elementos físicos al vehículo.
Una de las preguntas era como quedarían integrados estos sistemas externos, como las 8 cámaras que otorgan a los modelos dotados con este sistema de una visión de 360 grados, y hasta 250 metros de distancia, 1 radar y los 12 sensores.
Ahora con la salida de la fábrica de las primeras unidades, ha sido posible contemplar en la calle a los primeros modelos dotados de este sistema. Unas imágenes que nos permiten contemplar el grado de integración de los mismos en el cuerpo de los vehículos.
La tarea no era fácil, sobre todo si tenemos en cuenta la capacidad de conducción autónoma que tendrá que llegar a ofrecer esta configuración. Un sistema que hasta ahora habíamos visto en otros vehículos experimentales, pero casi siempre con elementos en el techo que rompían por completo la integración y la imagen del coche. Pero eran modelos experimentales donde eso no importa demasiado. Pero en este caso si importa.
El propio Model S ha sido objeto de diferentes pruebas, que no sabemos si por parte de la propia Tesla o terceras empresas, que hace apenas un año nos dejaban ver sistemas mucho menos integrados y rudimentarios. Algo que pone de mayor relieve el logro del fabricante.
Como podemos ver en las primeras fotos, la integración es incluso mejor de lo que podríamos esperar. A primera vista, foto superior del Model X, resulta complicado distinguir un modelo dotado del sistema y el que no lo tiene. Hay que acercarse y fijarse para darse cuenta de donde están las cámaras. Realmente un trabajo sobresaliente por parte de Tesla en este apartado.
Una de las preguntas que más se han repetido desde la presentación del nuevo sistema Autopilot de Tesla ha sido, qué pasará cuando el hielo o la nieve cubra las cámaras. La respuesta es que nada, ya que los cristales que las protegen están dotados de un sistema de calefacción propio, que evitan que este tipo de problemas afecten a la buena vista de las lentes.
Ahora una vez terminado el trabajo de integración, es el momento de ponerse manos a la obra para lograr desarrollar el software. Algo que necesitará unos cuantos meses de circulación de esta nueva flota.
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Vía | Electrek