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Nissan Leaf ¿una generación perdida?

Lo hemos dicho en muchas ocasiones e incluso el propio Carlos Ghosn lo ha confirmado en el salón de París, las ventas del Nissan Leaf no están siguiendo la dinámica esperada y a dos meses del comienzo de las operaciones en la primera fábrica situada fuera de territorio japonés, la preocupación es evidente dado que en lugar de crecer durante este 2012 el número de matriculaciones ha incluso disminuido con respecto a 2011.

Se trata sin duda de una importante apuesta que siempre ha llevado el apelativo de largo plazo, una apuesta por un producto que en pocos años debería ser la prefería por los compradores, pero que está sufriendo más de lo esperado en su primera fase. No hay más que recordar las predicciones del presidente Obama cuando auguraba que gracias al apoyo económico de su gobierno, en 2015 habría un millón de coches eléctricos circulando por las carreteras norteamericanas, una cifra que los estudios sitúan como muy pronto en el 2018.

La pregunta es entonces que sucederá cuando este próximo mes de diciembre se ponga en marcha la maquinaria de la planta de Smyrna, una instalación que ha supuesto una inversión de más de 1.200 millones de euros y que tendrá capacidad para fabricar 150.000 coches al año y  200.000 baterías de litio, todo en un mercado donde la demanda de este modelo hasta el mes de septiembre apenas ha llegado a las 5,212 unidades.

Son varias las cosas que se nos vienen a la cabeza, empezando por que Nissan es consciente de la situación y no pondrá la fábrica a su máxima capacidad, adecuando el ritmo de fabricación a la demanda, una demanda que debería crecer el próximo año gracias a la esperada rebaja de precios fruto de un menor coste de los componentes y gracias a que con una producción en suelo norteamericano, Nissan se evita el problema de las importaciones desde Japón con un yen tan fuerte.

Pero son muchos os obstáculos a los que se enfrenta este modelo, y el propio Carlos Ghosn, presidente del grupo Nissan-Renault, ha comentado que la principal causa para las bajas ventas es la ausencia de una red de puntos de recarga públicos, un problema que desanima a los menos entusiastas de la tecnología, lo que resulta que sólo los convencidos se lancen a su compra, lo que no es suficiente para lograr unas buenas cifras.

Otro de los problemas a los que se enfrenta en los Estados Unidos es el precio de los carburantes, que no han subido en la medida que las apocalípticas predicciones de 2008 y 2008 auguraban, y con el galón a 4 dólares, incluso han repuntado las ventas de las grandes camionetas y todo terrenos, a esto sumamos el elevado precio de los coches eléctricos, da como resultado que las ventas seguirán siendo muy pobres hasta que estos se vean recortados de forma sustancial.

A los contenidos precios de los combustibles también añaden los expertos las mejoras que los motores de combustión están logrando gracias a sistemas como los Stop&Start, que según Pike research, estará presente en 41 millones de vehículos para el 2020, una cifra de lo más impresionante si pensamos que faltan menos de 8 años para alcanzarla.

Pero a pesar de que parece que esta primera generación del Nissan Leaf será una generación perdida, esta ha supuesto la primera piedra para construir un futuro eléctrico y un sacrificio por parte de Nissan, que ha visto como los más de 4 mil millones de euros invertidos han servido para crear un coche emblemático y un hito tecnológico, pero que no se vende, a pesar de lo que su tecnología servirá de trampolín para futuras generaciones que llegarán con mejores autonomías y precios más competitivos, algo que no sucedería en esta década de no ser por modelos como el Leaf.

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Fuente | Autonews


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