El malo de la película conduce un térmico

Llevamos años tragando el humo de los coches con motor de combustión como algo natural. En un principio se desconocían los efectos adversos de las micropartículas, los metales y los gases tóxicos en nuestro organismo. Pero aun cuando se ha dado la alarma por sus graves consecuencias para la salud, se ha seguido aceptando por la sociedad como un mal necesario al no haber una alternativa.
Los coches eléctricos se presentan como tal, como la alternativa a los térmicos, han llegado para quedarse y lo hace amparados por un manto de ecologismo y aire limpio. Tener un eléctrico empieza a dejar de ser algo curioso para ser atractivo y los coches sin tubo de escape se ganan al público por su presencia inocua. Más que por lo que ofrecen, es por lo que no producen; ni molestos ruidos, ni humos desagradables.