Resulta cuando menos curioso el caso de Dinamarca. El pequeño estado centro europeo que todos pensaríamos que podría ser un paraíso para el coche eléctrico. Sobre el papel todo apunta a una nueva Noruega. Impuestos elevadísimos a los coches con motor de combustión, alta renta per cápita y conciencia ecológica.
Pero la realidad es que los daneses no están comprando coches eléctricos. Según las últimas estadísticas, en lo que llevamos de año se han matriculado apenas 440 unidades en Dinamarca, frente a las 500 del pasado año. Una dinámica extraña que tiene una explicación, Better Place. Como recordamos, la empresa de recarga y cambio de baterías seleccionó a Dinamarca e Israel como sus bases de pruebas, un regalo envenenado que ha provocado una reacción negativa hacia esta tecnología después de la quiebra de la empresa.
Henrik Gottlieb es profesor en la Universidad de Copenhague. Es un apasionado de los coches eléctricos y cada día recorre los 65 kilómetros que separan su casa de su trabajo a los mandos de un Renault ZOE. Gottlieb achaca las menores matriculaciones a la quiebra de Better Place, ya que cuando ha comprado el ZOE, amigos y vecinos hasta aquel momento concienciados con el cambio, mostraban su desconfianza hacia la decisión de comprarse un coche eléctrico.
Pero parece que este miedo tiene los días contados y pasado el efecto psicológico, la llegada de nuevos modelos animará las ventas en Dinamarca. Según la consultora Navigant, entre el 2013 y el 2022 las matriculaciones de coches eléctricos crecerán a un ritmo de un 32% cada año. Se espera que para principios de la próxima década las ventas lleguen a las 5,400 unidades al año en tierras danesas lo que supondrá una cuota de mercado del 3%.
Está claro que Noruega parece que no habrás más que una. El resto de países verán como las ventas aumentan, pero de una forma muy progresiva. Una velocidad que irá cogiendo ritmo según se incremente la oferta, bajen los precios y mejore la infraestructura de recarga.
Vía | Plugincars
