El pasado año se ha producido la desaparición de Fisker, el creador del Karma. Un eléctrico con extensor de autonomía, que por muchas razones no logró hacerse un hueco en el mercado, lo que terminó con la bancarrota y venta de la compañía.
Ahora su nuevo propietario, los chinos de Wanxiang Group, están trabajando en recuperar la producción del Karma. Pero en el proceso han encontrado nada menos que 250 fallos en el diseño. Un ejemplo del desastre existente detrás de la creación de este modelo que apenas llegó a entregar 2.500 unidades.
Como recordamos, el Karma ha sido protagonista por múltiples problemas mecánicos, por incendios espontáneos, e incluso por ser víctima del huracán Sandy, que se llevó por delante un pedido de 300 unidades que esperaba en el puerto de New Jersey. Un cúmulo de despropósitos, con alguna parte buena como la excelente crítica por parte de Top Gear, que ha tenido el final conocido.
Ahora Wanxiang quiere aplicar sus medios y tecnología a este modelo, para recuperarlo de forma comercial. En principio, la producción seguirá teniendo lugar en la planta finlandesa de Valmet, mientras se prepara la fábrica adquirida en su momento a General Motors en la localidad norteamericana de Delaware.
Una planta que estará alimentada por la fábrica de baterías que Wanxiang tiene en Michigan. Unas baterías cuya tecnología ha sido adquirida a la también extinta A123 . Dos aspectos que nos avisan de lo serio que van los chinos con este proyecto.
Para 2017, Wanxiang lanzará un segundo modelo, que podría estar basado en el prototipo mostrado en el salón del automóvil de Nueva York en 2012, el Fisker Atlantic. Una estrategia que nos recuerda mucho a la adoptada por Tesla, y que esperamos les permita repetir el éxito de los norteamericanos, aunque no lo tendrán fácil.
Vía | Autonews