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BYD pone sobre la mesa la fuerte dependencia del coche eléctrico de las políticas públicas

BYD quin ev300

El pasado año hablábamos de la buena marcha económica del fabricante chino BYD. Una dinámica lograda en gran parte a las ventas cosechadas por sus coches eléctricos. Algo que había permitido elevar el beneficio neto hasta septiembre un 384% llegando a los 308 millones de euros, con un volumen de negocio que ha llegado a los 3.140 millones de euros, un 38% más que el pasado año.

Pero esto era en un marco muy beneficioso, con buenas ayudas y políticas que favorecían el crecimiento. Pero a finales del pasado año algo se torció en China. El abuso de algunos fabricantes, que falsearon datos para poder acceder a ayudas, hizo que el gobierno pusiese en marcha una serie de protocolos para garantizar que todos los fabricantes cumplían con las normas.

A esto se ha sumado que este año el gobierno ha reducido las ayudas públicas a la compra un 20%. El resultado es que marcas con una fuerte dependencia del segmento de los coches eléctricos, como BYD, están sufriendo de forma importante estos cambios, y durante este trimestre las estimaciones es que los beneficios se recorten entre un 24 y un 35%.

Unas cifras que se espera sean menores que el pasado año, en gran parte por la bajada de un sector de los eléctricos que ha visto como en el primer trimestre se recortaban las ventas un 30.5% respecto al pasado ejercicio.

En los dos primeros meses BYD apenas ha logrado entregar 2.500 unidades, la mayor parte de ellos en las últimas semanas. Una señal de que posiblemente en los próximos meses veamos un rebote en las matriculaciones que permitan recuperar parte de la buena marcha lograda el pasado ejercicio.

El fabricante de Shenzhen, que ha invertido muy fuerte en la fabricación de baterías, así como en coches eléctricos e híbridos enchufables, ha estimado que el beneficio neto para el primer trimestre de 2017 estará entre los 550 millones de yuanes (75 millones de euros) y 650 millones de yuanes (88.5 millones de euros).

Y es que el objetivo de este año es lograr alcanzar una cifra de ventas de coches eléctricos en China de unas 800.000 unidades. Una cifra para la que hace falta un marco legal y de incentivos estable. Una característica que nos sirve de ejemplo perfecto de que el coche eléctrico además de ayudas, necesita que desde el gobierno se genere confianza, tanto para fabricantes, como para compradores.

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Vía | Reuters

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