El pasado mes de septiembre, se presentaba un ambicioso plan del gobierno chino que proponía la creación de una cuota de ventas de coches eléctricos a los fabricantes que operen en su mercado. Un proyecto destinado a acelerar la implantación de la movilidad eléctrica en el gigante asiático, y que se ha encontrado con la posición en contra principalmente de los constructores alemanes.
Según el texto inicial, en 2018 el 8% de las ventas de cada fabricante tendrán que ser protagonizadas por coches dotados de un sistema eléctrico. Una cifra que crecerá hasta el 10% en 2019, y el 12% en 2020. En caso de no cumplir con estos mínimos, los fabricantes más rezagados tendrían que afrontar fuertes sanciones e incluso la pérdida de la licencia para operar en este mercado.
La cuestión es que las quejas de los fabricantes alemanes ha provocado algunos cambios en el proyecto. Unas marcas que han indicado que el actual plan sería muy difícil de lograr su cumplimiento, y que han pedido una relajación de las condiciones en una primera fase.
Desde el gobierno chino se ha respondido con algunos cambios. Por un lado se pondrá en marcha un sistema similar al de créditos de emisiones de California. Esto quiere decir que aquellas marcas que logren cumplir con los objetivos, y tengan superávit de puntos, podrán vendérselos a las marcas que no logren alcanzar objetivos. A esto se añadiría un posible retraso de un año en la puesta en marcha del proyecto. Algo que todavía no se ha confirmado de forma oficial, ya que el plan no se ha cerrado de forma definitiva.
Pero a la vista de lo que se avecina, fabricantes como Volkswagen no han querido esperar a última hora para mover sus piezas, y de esa forma ha llegado a un acuerdo con la china JAC, que crearán una empresa conjunta dedicada a la fabricación de coches eléctricos. Una iniciativa que comenzará sus trabajos el próximo año. También Daimler ha seguido los pasos de VW, llegando a un acuerdo similar con la china BAIC, que se sumará a la ya existente con BYD.
Una iniciativa destinada a acelerar la implantación de la movilidad eléctrica, y con ello reducir las cifras de emisiones contaminantes que se han convertido en un problema extremadamente grave, sobre todo en las grandes ciudades chinas.
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Vía | CAI
