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Ahora no Permitir

¿Qué haría cambiar a la gente su coche por un eléctrico? Ayudas, aparcamiento gratuito, recarga…

Normalmente cuando hablamos de incentivar las ventas de coches eléctricos, nos centramos exclusivamente en las ayudas directas, o en las desgravaciones fiscales. Pero hay muchas otras formas de intentar convencer a la gente, sobre todo dentro de las grandes ciudades, de cambiar su modelo diésel o gasolina por un eléctrico.

Lo idea es un proyecto que aglutine todas las medidas, pero por desgracias lo normal es que las autoridades reduzcan las acciones a unas pocas. Y es por eso que nos gustaría saber para vosotros cuales son por orden las más efectivas a la hora de animar a la gente al cambio.

Por su puesto lo primero que se encuentra un cliente, es el precio. Si no puede comprarlo, poco importan el resto de incentivos y ayudas. Es por lo tanto el primer reto a superar. Algo para lo que hacen falta ayudas directas, y que como vemos en el caso de nuestro país es un verdadero problema.

En caso de no disponer de ayudas, habría que optar por el plan B. Descuentos de los fabricantes, y también sistemas de financiación con tipos de interés blandos. Dos medidas que pueden ayudar a compensar la ausencia de ayudas directas.

Pero aquí empieza lo difícil: ¿qué medidas después de las ayudas serían más efectivas?.

Puede que la expansión de una amplia red de recarga sea lo siguiente en lo que pensemos. Y es que aunque podamos comprar el coche, si no hay una mínima red de recarga lo más probable es que los clientes menos entusiastas opten por esperar a tiempos mejores. Algo que también le puede suceder a los más convencidos, pero que las actuales autonomías sin recargas intermedias no les cubre sus necesidades.

La cuestión es que mucha gente no necesita cargar en ruta o en destino. Para estos el principal problema es simplemente aparcar. En las grandes ciudades el estacionamiento es un bien cada vez más escaso y costoso. Por eso el ofrecer aparcamiento libre y gratuito a los coches eléctricos en las zonas reguladas por los ayuntamientos podría ser una medida muy interesante. Algo que ya tienen en marcha ciudades como Madrid.

De forma complementaria al aparcamiento, la limitación de acceso al centro de las grandes ciudades es otra de las tendencias. Cada vez más urbes en Europa están optando por cerrar el tráfico a los vehículos no autorizados, como vecinos o empresas de reparto. Algo que supone un problema para algunos trabajadores que necesitan llegar a esas zonas, y que si pudiesen hacerlo con un modelo eléctrico, este podría ser un poderoso motivo de compra.

Hablando de acceso, todos aquellos que han tenido que llegar al centro de las ciudades han sufrido en mayor o menor medida los rigores de los atascos. Unos atascos que sufren algo menos autobuses y taxis, que pueden utilizar algunos de los carriles reservados para su circulación, y cuya expansión permitiría acelerar todavía más el ritmo del transporte público. Un espacio que de poder ser usado por los coches eléctricos, supondría de nuevo un poderoso incentivo de compra.

Otra de las consecuencias de las tres medidas anteriores, es que se incrementaría la visibilidad de los coches eléctricos. El verlos aparcados en los días que no está permitido para el resto, o circulando por los carriles reservados cuando hay un atasco, accediendo sin problemas incluso a las zonas más céntricas, sería una combinación de lo más interesante de cara a incrementar las ventas.

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