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John B. Goodenough presenta los primeros resultados de sus baterías revolucionarias. Estado sólido y capaces de recuperar vida útil con el paso de los ciclos

El pasado año os contábamos como el padre de las baterías de litio, el veterano investigador John B. Goodenough, trabajaba en un nuevo tipo de baterías que prometía revolucionar el mercado tal como lo conocemos. Básicamente la idea era utilizar electrolitos de vidrio en vez de litio-ion, lo que permite crear una batería con mayor densidad energética, y una mayor durabilidad.

Ahora este investigador de 95 años de edad ha realizado una actualización de sus investigaciones. Estas ponen sobre la mesa nuevos y sorprendentes beneficios de esta prometedora tecnología.

Uno de los aspectos más interesantes es que hablamos de una batería en estado sólido. Esto añade varias ventajas, como por ejemplo a la mayor densidad energética, también se añade la mayor vida útil, sobre todo cuando se utilizan recargas rápidas. Según el equipo de Goodenough, estas celdas cuentan con una extensa vida útil, que en las pruebas de laboratorio ha llegado a superar los 23.000 ciclos.

También permite eliminar el cobalto. Un escaso, costoso, y polémico mineral que se ha convertido en un problema para las futuras generaciones de coches eléctricos precisamente por la escalada de precios motivado por la mayor demanda, y también por la dependencia de una producción centrada en lugares como la República del Congo. Algo que unido al uso de materiales como el sodio en el electrolito, permitirá reducir el coste de producción.

Pero sin duda la parte que más ha llamado la atención de todo es la relacionada con la evolución de la capacidad de dicha celda. En el documento publicado por el equipo de Goodenough se indica que esta batería cuenta con una anomalía errante, que provocaba que la celda contase con cada vez mayor capacidad según pasaban los ciclos de carga y descarga. Algo que nunca se había visto.

Normalmente una batería ve como su capacidad se va reduciendo con los ciclos. En mayor o menor medida según diferentes factores. Pero lo que no se había estudiado era una que no solo no perdiese capacidad, sino que la recuperase.  Esto ha sido analizado por hasta seis equipos diferentes, y todos han llegado a la misma conclusión, pero sin lograr una explicación.

Por supuesto esto ha llamado la atención de la industria, que ha expresado su escepticismo. Según Venkat Viswanathan, profesor asistente de la Universidad Carnegie-Mellon «La forma de verlo es que podrías tener un automóvil que puede viajar 320 kilómetros, y después de cinco años puede recorrer 1.300 km«. Otros simplemente indican que es imposible lo que se indica en el informe.

Desde el equipo de Goodenough se ha indicado que han realizado pruebas con diferentes celdas, con diferentes instrumentos, en otros laboratorios…pero al final el resultado era siempre el mismo con una luz LED alimentada por esta celda que ha superado los 23.000 ciclos de carga y descarga.

Vía | Axios

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