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La autonomía de los coches eléctricos no es un problema tan grande como creemos

Estamos viviendo un cambio sustancial en la foma que tenemos de desplazarnos por el mundo, y en el sector del automóvil es donde más intensamente se está viviendo ese cambio, con la transición del uso de motores de combustión interna alimentados por derivados del petróleo a los coches impulsados por energía eléctrica almacenada en sus baterías.

A pesar de que los vehículos eléctricos son una buena alternativa a los movidos por motores de gasolina y gasóleo, la proliferación de este tipo de automóviles no acaba de despegar. Muchos factores son los que influyen en que este cambio de hábitos se realice de forma más pausada de lo que se esperaría: poca variedad aún de modelos, falta de costumbre, lagunas en la infraestructura, etc.

Pero uno de los factores que más echa para atrás a los futuros usuarios de un coche eléctrico es la autonomía que ofrecen los mismos debido al miedo de quedarse sin carga en su batería al mitad de un trayecto o a tener que esperar demasiado tiempo a que acabe de cargarse.

El medio digital DrivingElectric.com ha realizado un estudio sobre el recorrido medio de los conductores de Reino Unido para acudir a diferentes lugares cotidianos y ha llegado a la conclusión de que la distancia recorrida en total es menor que el rango de autonomía de muchos de los modelos eléctricos existentes en el mercado. El miedo a quedarse sin batería en mitad de un recorrido es infundado.

El estudio ha analizado la distancia recorrida en cuatro tipos de trayectos típicos que se pueden hacer con un coche, sea eléctrico o de combustión: el trayecto al trabajo, al colegio de los niños, recorridos a centros comerciales o trayectos de ocio o por vida social. Sí que es cierto que el talón de Aquiles de los coches eléctricos actuales es la autonomía a la hora de realizar viajes largos por carretera, con el consiguiente temor de quedarse sin batería por el camino o tener que desviarse de la trayectoria para cargar el vehículo.

De todas formas, los viajes de gran recorrido suponen un porcentaje de utilización mucho menor que los trayectos cortos, normalmente por ciudad, a los que se ven sometidos los vehículos privados. Aún así, los fabricantes están esforzándose en ofrecer coches con baterías cada vez más capaces al mismo tiempo que se están instalando un gran número de puestos de carga en áreas de servicio de las principales carreteras.

DrivingElectric.com ha analizado a 480 conductores de Reino Unido en sus desplazamientos semanales y ha descubierto que el trayecto medio recorrido para ir al trabajo es de 112 kilómetros, los viajes al colegio se reducen a 39 kilómetros, los viajes por compromisos sociales y de ocio son de 143 kilómetros, y los recorridos para acudir a centros comerciales son de 132 kilómetros. Si se suman todas estas distancias arroja un resultado de 426 kilómetros a la semana, distancia que ya pueden recorrer varios modelos presentes en el mercado con la misma carga. Incluso otros modelos con menor autonomía solo necesitarían una recarga para completar esta distancia.

Como conclusión, el miedo que se tiene a los coches eléctricos por su autonomía es bastante infundado, ya que muchos modelos ya ofrecen las mismas autonomías que un coche con motor de combustión. Además, la mayor parte de trayectos realizados con un vehículo son recorridos urbanos de pocos kilómetros, por lo que siempre se podría acudir a un punto de carga de los que hay presentes en las grandes ciudades.

Aunque esto puede no ser suficiente, en un futuro próximo se instalarán numerosos puntos de carga a lo largo de estaciones de servicio para la realización de viajes largos y aumentarán el número existente en ciudades y pueblos con cierto número de población.

Vía | Car Buzz

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