China, el mayor mercado de ventas de automóviles del mundo, sobre todo de los cada vez más numerosos vehículos eléctricos, se encuentra en medio de una guerra comercial con Estados Unidos, lo que está afectando a los fabricantes asentados en ambos países. En el contexto de esta guerra comercial, el país asiático decidió aumentar los aranceles sobre las importaciones de automóviles traídos desde Estados Unidos hasta un 40%.
Esto obligó a los fabricantes estadounidenses como Tesla o Ford a subir el precio de venta de sus modelos con la consiguiente pérdida de competitividad frente a las numerosas marcas chinas que rivalizan con ellos. Ahora, en el marco del G20 celebrado en Buenos Aires, Donald Trump anunció que el domingo acordó con China reducir los aranceles de los vehículos importados del país norteamericano, un alivio para marcas con fábricas en suelo estadounidense.
Esta medida se encuentra dentro del alto el fuego de 90 días que han pactado Donald Trump y Xi Jinping en su guerra comercial. Este anuncio, publicado por el presidente de EEUU en Twitter, no dio detalles sobre la cuantía del recorte arancelario o cuándo se llegó a ese acuerdo. Tampoco han comentado nada ni la Casa Blanca ni la oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos (USTR). Por su parte tampoco quisieron hacer declaraciones los ministerios de Comercio y Finanzas de China.
Tras una cena de 2 horas y media con el presidente de China, Trump acordó posponer el aumento de los aranceles por valor de 200.000 millones de dólares en importaciones chinas equivalentes al 25% desde el 10% programado para el 1 de enero de 2019. China por su parte aceptó este trato para reanudar las compras de algunos productos agrícolas y en materia de energía provenientes de Estados Unidos. Ambos países también acordaron negociar durante esta tregua cambios estructurales en las políticas de China sobre transferencias de tecnología, protección de propiedad intelectual y robo de información, entre otros temas.
Esta noticia beneficiaría enormemente a fabricantes como Tesla, la cual estaba teniendo serios problemas para vender sus modelos en el país asiático debido al aumento del precio y además poder obtener beneficio de ellos. Esto es un alivio para mejorar sus resultados mientras concluye la construcción de la fábrica que la marca está estableciendo en Shanghai. Otra de las marcas beneficiadas sería BMW, que posee una planta de producción en suelo estadounidense y exporta sus vehículos al país asiático.
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Vía | Reuters
