Audi ha sido la última marca premium alemana en unirse a la corriente de electrificación que cada vez es más mayoritaria entre los fabricantes de automóviles. Mientras que BMW tenía el utilitario i3 y Mercedes-Benz el monovolumen compacto Clase B 250e, Audi sólo contaba con el superdeportivo R8 e-tron, del cual apenas se fabricaron 100 unidades antes de que se cancelara su producción.
Sin embargo, gracias a que cuenta tras de sí con toda la maquinaría del poderoso grupo Volkswagen, Audi ha conseguido ponerse rápidamente a la cabeza de sus competidores con un ambicioso plan que se configura en torno a la familia e-tron: en los próximos años, Audi lanzará una completa gama de vehículos 100% eléctricos que le permitirán situarse como una de las marcas de mayor peso en el creciente mercado premium de coches eléctricos.
Así, el E-SUV e-tron llegará al mercado a principios de este mismo año, adelantándose a los Mercedes-Benz EQC (verano de 2019) y BMW iX3 (2020). Además, a finales de año Audi lanzará una versión de corte más deportivo, el e-tron Sportback, mientras que en 2020 llegará al mercado el e-tron GT, una berlina de altas prestaciones que tendrá al Tesla Model S en su punto de mira.
Tras el e-tron GT Audi planea lanzar un SUV más pequeño que el e-tron (probablemente un D-SUV), así como un vehículo compacto derivado del Volkswagen I.D. Ambos coches deberían ser presentados para antes del año 2022, lo que virtualmente colocaría a la marca alemana como una de las empresas con una gama 100% eléctrica más completa.
Sin embargo, son algunas las voces que se preguntan si la inversión de 14.000 millones de dólares que llevará a cabo Audi en los próximos cinco años (sin contar con las inversiones del propio grupo Volkswagen) en este tipo de proyectos no tendrá como consecuencia unas pérdidas económicas importantes durante los primeros compases de la gama e-tron en el mercado.
Alexander Seitz, director de finanzas de la marca alemana, ha salido al paso con unas interesantes declaraciones realizadas en una reciente entrevista. Si bien el ejecutivo siente «respeto» hacia las enormes cifras de inversiones a las que se enfrentará Audi, no teme que vayan a producirse pérdidas económicas para la compañía, pues sólo trabajan con cálculos que no pasen por los números rojos.
Dicho de otra forma, toda la estrategia eléctrica de Audi está orientada a conseguir que la gama e-tron sea rentable, algo que contrasta con otras marcas, que deben afrontar pérdidas iniciales en sus programas eléctricos para hacerlos viables a medio plazo.
Fuente | Edison