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Ahora no Permitir

La mayoría de los coches actuales necesitarán mejoras sustanciales para cumplir con las normativas de emisiones para el año 2020

Los coches de combustión son los responsables de aproximadamente el 12% del total de las emisiones de CO2 en la Unión Europea, la principal emisión causante del efecto invernadero.

Desde el año 2009, la legislación europea ha marcado objetivos para reducir las emisiones para los nuevos vehículos que han ido apareciendo en el mercado. Los primeros de estos objetivos se aplicaron en el año 2015, y a partir del año 2021 se fijarán unos más restrictivos aún, que tienen prevista su llegada desde el año 2020.

El 17 de abril de 2019, el Parlamento Europeo fijó u nuevo objetivo para las emisiones de CO2 de nuevos vehículos de pasajeros y comerciales ligeros en la Unión Europea para después del año 2020. La nueva regulación comenzará a funcionar el 1 de enero del año 2020.

Desde el año 2015, el objetivo a tener en cuenta resultaba en una cifra de 130 gramos de CO2 por kilómetro para todos los coches nuevos a la venta. Esto corresponde a, aproximadamente, un consumo de 5,6 l/100 km para los coches de gasolina y 4,9 l/100 km para los diésel.

Este objetivo, sin embargo, ya estaba cubierto en el año 2013, adelantándose dos años a la entrada en vigor de la normativa.

Esto es algo que no va a ocurrir con los nuevos objetivos fijados para el año 2021. Las emisiones de los vehículos matriculados en el año 2018, de media, es de 120,4 g/km, no alcanzando los 95 g/km que se exigen para su entrada en vigor el próximo año. Esto corresponde a un consumo de aproximadamente 4,1 l/100 km en el caso de los vehículos de gasolina y 3,6 l/100 km en el de los diésel.

Como es lógico, los coches eléctricos no tienen que preocuparse de estos objetivos de emisiones, ya que aportan 0 g/km recorrido. Su desarrollo, fabricación y puesta a la venta, está siendo utilizada por las marcas para reducir su media de emisiones global, para así intentar cumplir con el objetivo marcado por la Unión Europea.

No obstante, se espera que la mayoría de marcas tengan que abonar cuantiosas multas por no llegar al mínimo requerido por la normativa. Fabricantes como FCA, especialmente, tendrán que dedicar una importante suma económica a cubrir las multas por parte de la Unión Europea, gracias a su carencia de vehículos híbridos y/o eléctricos en su gama, más allá de algún modelo concreto como el FIAT 500e de corta tirada o el Chrysler Pacifica PHEV. La compra de bonos ambientales a Tesla reducirá la cantidad que tengan que abonar, pero no les salvará de tener que hacerlo.

Fuente | Comisión Europea

Fuente | European Environment

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