En los últimos años estamos escuchando anuncios apocalípticos desde la industria del automóvil del peligro que supondrá el coche eléctrico para el empleo, debido a que su mayor sencillez mecánica provocará una reducción de la mano de obra para su fabricación y mantenimiento. Hasta 240.000 sólo en Alemania según los últimos informes de la industria. Pero estos cálculos no tienen en cuenta las muchas oportunidades que supondrá la transición hacia una movilidad más sostenible, que vendrá acompañada por un ecosistema capaz de crear cientos de miles de puestos de trabajo, que además serán en un elevado número altamente cualificados.
Según un estudio de la Asociación Alemana de Movilidad Eléctrica (BEM) sólo la construcción de la infraestructura de carga para coches eléctricos creará unos 255.000 nuevos puestos de trabajo en los próximos diez años. Y esto sólo con el despliegue de la red, a lo que habría que sumar las decenas de miles de plazas en otros sectores como la producción de baterías, el I+D…etc.
Desde el gobierno alemán se ha estimado que será necesario poner en marcha unas 300.000 nuevas estaciones de carga en áreas públicas y privadas en los próximos años para atender la demanda existente. Algo que se acompañará por la obligación por parte de la nueva Directiva de eficiencia energética de edificios de la UE, que requerirá la instalación de unos 10 millones de puntos de recarga en hogares y zonas de trabajo.
Esto supondrá la puesta en marcha de nuevos puestos de trabajo en sectores como la instalación de la infraestructura de carga, su mantenimiento, la integración de sistemas de batería estacionarias para reducir el impacto en la red, así como la expansión de las fuentes de energía renovables que sin duda serán otro polo de creación de empleo, y que se beneficiarán de su sinergia con el coche eléctrico.
Todos estos aspectos abrirán nuevos sectores que están comenzando a notar la falta de mano de obra cualificada ya en la actualidad, y que necesitará un importante esfuerzo por parte de las administraciones para dirigir la formación hacia las mismas. Campos como los electricistas, ingenieros e instaladores, necesarios para la construcción y diseño de infraestructura de carga.
Desde la asociación se ha realizado una estimación de la inversión que será necesaria en la próxima década para poner en marcha este gigantesco mercado, y estiman que se tendrán que movilizar unos 111.000 millones de euros, con un consumo eléctrico de 54.020 GWh, o el 10% del actual consumo de Alemania. Un dato que además nos indica que el coche eléctrico no tendrá un impacto elevado en la propia red eléctrica a nivel de consumo.
La conclusión es que el coche eléctrico supondrá grandes cambios, y la aparición de nuevas oportunidades. A partir de ahí dependerá de las empresas y estados el aprovechar esta oportunidad apostando por las nuevas tecnologías, y hacerse con una parte de esos nuevos empleos, o permanecer anclados a un modelo caduco y despertar en unos años con todo el pescado vendido.