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Esta batería económica y sostenible nos muestra que estamos a las puertas de una revolución

En los últimos años hemos vivido una fuerte expansión de las aplicaciones en las que participan las baterías. No sólo hablamos de coches eléctricos, motos, bicicletas o patinetes, también hablamos del almacenamiento estacionario. Todo un ecosistema que puede ofrecernos grandes beneficios en la reducción de los costes y las emisiones. Pero el problema que se enfrentan estas soluciones son los elevados costes de las baterías. Algo que está cerca de cambiar gracias a los nuevos desarrollos que en un periodo de tiempo muy corto revolucionarán el mundo.

Un grupo de investigadores de la Escuela de Ingeniería Química y Materiales Avanzados de la universidad de Adelaida, Australia, han presentado los resultados de una interesante investigación que busca reducir de forma sustancial el precio del kWh. Y además hacerlo usando materiales abundantes y sostenibles que hacen más fácil su futuro reciclado.

El proyecto se basa en una batería de litio que utiliza zinc y manganeso. Dos metales no tóxicos que abundan en lugares como Australia, en una composición en la que encontramos también un electrolito acuoso no combustible, que permite desarrollar una batería con una elevada densidad energética, pero también con un mayor nivel de seguridad.

Para ayudar en la reducción del coste, la batería utiliza materiales básicos y procesos de fabricación simples, por lo que será mucho más barata de producir y más fácil de reciclar que las baterías existentes de densidad energética comparable.

La gran pregunta además de las cifras de densidad energética y volumétrica, que de momento no publican, es el precio. Según sus desarrolladores pueden lograr rebajar el coste hasta los 10 dólares por kWh. Una diferencia notable con las cifras actuales medias del sector de las baterías de litio, que rondan los 200 o 300 dólares el kWh. Incluso se posicionarían como una alternativa mucho más económica que los acumuladores de plomo, que rondan los 48 dólares el kWh.

Sin duda lo mejor de todo es que no hablamos de una batería milagrosa sin plazos de llegada al mercado, y de esa forma el equipo ha logrado un acuerdo con el fabricante chino Zhuoyue Power New Energy, especializado en baterías de plomo, que aportará 1 millón de dólares al proyecto con el compromiso de tener un producto listo para su fabricación en 12 meses.

Una iniciativa que nos muestra que estamos muy cerca de una revolución que afectará a un amplio abanico de aplicaciones, tal como indica el líder del proyecto, el Dr Dongliang Chao, que ha afirmado que: «Puedo imaginarme que esta batería se usará en todo tipo de vehículos, desde pequeños scooters hasta trenes eléctricos. También en hogares que necesitan baterías para almacenar energía solar, o incluso grandes parques solares o eólicos«.

Una noticia que se suma a otras muchas que en los últimos meses estamos viendo, y que dibujan un escenario a muy corto plazo donde el coste de los sistemas de almacenamiento caerán de forma drástica, lo que ayudará a revolucionar diferentes sectores, y lo más importante, nos ayudarán a acelerar nuestra reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.

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Fuente | Adelaide.edu

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