Francia ha confirmado el lanzamiento a partir del 1 de enero de 2020 de su nueva edición del programa de ayudas a la compra de coches eléctricos. Un ambicioso proyecto conocido como «Bonus-Malus» que en la práctica supone castigar con fuertes impuestos a los coches con mayores emisiones, y dedicar ese dinero a las ayudas directas a los que se compren un vehículo eléctrico. Un proyecto que este año prácticamente duplicará su presupuesto, aumentando también las cantidades.
De esa forma desde el gobierno se ha confirmado que en 2020 el presupuesto destinado a este proyecto pasará de los 260 millones de 2019, a los 400 millones de euros. Una iniciativa que se enmarca en un proyecto presentado en 2017 que busca multiplicar por cinco las ventas de eléctricos para 2022 y llegar a las 200.000 unidades para esa fecha.
Los interesados en hacerse con un coche eléctrico podrán disponer de hasta 6.000 euros en el caso de los particulares. El límite de precio para acceder a la máxima ayuda será de 45.000 euros, impuestos incluidos. Pero eso no quiere decir que por encima de este coste los compradores no tengan acceso a incentivos. De esa forma para los modelos de entre 45.000 y 60.000 euros, podrán recibir 3.000 euros, mientras que los vehículos de más de 60.000 euros sólo los recibirán si se trata de vehículos industriales.
Por supuesto no será obligatorio el achatarrar un vehículo con motor de combustión, que será un extra para acceder a una ayuda todavía mayor.
Lo más interesante es que el gobierno galo ha decidido realizar un plan a cinco años vista, para evitar tener que estar renovándolo cada año. Esto quiere decir que en 2021 habrá de nuevo 400 millones de presupuesto, pero a cambio se irá reduciendo la cantidad de las ayudas de forma paulatina, siendo ese año de 5.000 euros por unidad. Todo para lograr alcanzar las 130.000 unidades vendidas. Un año después se destinarán 340 millones de euros para un total de 160,000 vehículos, y la ayuda máxima se reducirá a 4.000 euros.
Como hemos comentado, este proyecto se financiará con los impuestos que tendrán que pagar los coches según su contaminación. Estos también sufrirán cada vez mayores cargas y por ejemplo el máximo a pagar, aquellos vehículos con unas emisiones de más de 184 gramos de CO2 por km bajo el ciclo NEDC, pasarán de pagar desde los 12.500 euros a los 20.000 euros. En marzo el gobierno realizará la transformación de este impuesto al formado WLTP. Esto supondrá que la tasa máxima será para los vehículos con más de 212 gramos de CO2 por kilómetro.
Un formato con una buena acogida ya que reduce la percepción de que las ayudas se abonan con cargo a los presupuestos, cuando la realidad es que son los coches más contaminantes los que financian estas ayudas que permitirán reducir de forma notable los precios de los vehículos eléctricos, y como ejemplo el SEA Mii electric, que estará disponible por 15.900 euros, o el nuevo Renault ZOE de 52 kWh, por 26.000 euros con la batería en propiedad, 100 euros menos que el Peugeot e208.
Un ejemplo para el futuro gobierno de España que durante la Cumbre del Clima anunció una revolución con un Plan MOVES que en 2020 contará con el mayor presupuesto hasta el momento, pero al que le falta un poco de ambición para situarse a la altura de los proyectos de Francia o Alemania.
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Vía | Ecologique-solidaire