El coronavirus ha obligado a marcas como Volkswagen a parar sus fábricas durante unas semanas. Pero a pesar de esto algunas plantas como la de Zwickau continúan con una actividad mínima, y entre estos trabajadores se encuentra el equipo que debe rematar el desarrollo de los nuevos coches eléctricos que se han convertido en una prioridad fundamental para la marca alemana.
Así lo ha confirmado Volkswagen, que ha indicado que siguiendo los más elevados estándares de seguridad para proteger la salud de sus empleados, estos trabajan en el final del desarrollo del ID.3 y el ID.4, además de en versiones de pre-serie para SEAT y Audi. Algo que esperan les permita lograr comenzar las ventas de los primeros eléctricos bajo la plataforma MEB este mismo verano.
Este pequeño grupo de empleados están en constante contacto con los expertos situados en lugares como Wolfsburgo, que a distancia también trabajan en terminar aspectos como afinar la configuración del chasis, luces, sistema eléctrico y diferentes parámetros de la electrónica que deben estar listos para el lanzamiento de la nueva familia ID.
Estos trabajadores son conscientes de la importancia capital que el proyecto tiene para el grupo, ya que de su éxito dependerá el devenir de una marca que lo ha apostado todo por el coche eléctrico a batería, abandonando otras tecnologías como el gas o el hidrógeno.
Unos empleados que permitirán no sólo lograr que la producción arranque a tiempo, sino también que las líneas logren la capacidad de producción establecidas en el plan también en plazo. Por ejemplo se espera que este mismo año de la fábrica de Zwickau salgan 100.000 unidades del ID.3 y ID.4, que aumentarán hasta las 330.000 en 2021. Algo para lo que hará falta no solo terminar con el desarrollo de los coches, sino también realizar gestos de tanta importancia simbólica como apagar la histórica línea de producción del Golf de la planta sajona que dejará su espacio a la nueva generación de eléctricos.
Por supuesto desde Volkswagen son conscientes que el proyecto ID es clave para el grupo y el sector automovilístico europeo, pero también tienen en cuenta el problema del coronavirus. Es por eso que para reducir al mínimo el peligro han puesto en marcha nuevas medidas de seguridad para sus empleados, como reducir al mínimo la presencia física en la fábrica, mantener la distancia social, realizar las reuniones por videoconferencia, o también limitar el uso de ascensores a una persona, limpiar más a menudo las salas usadas por los trabajadores, y monitorizar el estado de los empleados para identificar cualquier imprevisto.
Medidas que están siendo también desarrolladas sobre la marcha y que tendrán que formar parte del día a día de estas y otras fábricas una vez se levanten las restricciones en las próximas semanas.
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Fuente | Volkswagen
