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La crisis del coronavirus y la guerra entre las marcas por las emisiones en Europa

Este año ha entrado en vigor un nuevo sistema de reducción de emisiones en Europa, que contempla que las flotas no podrán superar los 95 gramos por km de media. Por encima de esa cifra cada unidad vendida pagará 95 euros por cada gramo que sobrepase esa cifra. Un escenario que supone una nueva losa para los fabricantes más retrasados en la electrificación que tendrán que enfrentarse a un mercado en caída.

Esto tendrá como consecuencia que además de menos coches, algunas marcas verán como en 2021 las facturas aumentarán por las multas de Bruselas. Según la consultora JATO Dynamics, considerando las ventas del primer trimestre del año, las sanciones podrían rondar los 2.600 millones cuando acabe 2020. Una cifra llamativa pero muy inferior a los cálculos realizados el pasado año, 14.600 millones, precisamente por la bajada de ventas estimada para lo que resta de año.

El principal problema para algunos es que estas sanciones recaerán con mayor fuerza en las marcas que no han hecho sus deberes en el aspecto de la movilidad eléctrica. Algo que supondrá una importante losa económica a tener en cuenta para el próximo ejercicio, y que podría acelerar la llegada de nuevos modelos eléctricos y enchufables.

Las marcas más y menos afectadas

La pregunta es quién está mejor y peor situado. Por un lado hay un grupo de marcas que gracias a su apuesta eléctrica, como el grupo PSA-Opel, Nissan, BMW, Renault, Toyota, Mazda…y también el grupo FIAT-Chrysler. Esto último algo realmente llamativo si tenemos en cuenta la nula presencia de eléctricos y la reciente llegada de los primeros híbridos a la oferta de los italianos. La respuesta es su adquisición de derechos de emisiones a Tesla, que ha permitido a FIAT situarse como la cuarta mejor marca durante el primer trimestre del año.

Por detrás empiezan los problemas. Grupos como Hyundai-KIA todavía no han logrado sacar partido a su fuerte apuesta, pero posiblemente lo haga durante el segundo semestre gracias a su amplia gama de eléctricos, híbridos e híbridos enchufables.

Algo que podemos extender a Volkswagen, que también aparece entre los últimos puestos, pero que tiene una bala guardada en la recámara en la forma del ID.3, que comenzará en junio sus entregas pero que lleva desde diciembre siendo producido. Algo que permitirá entregar más de 30.000 unidades ya durante el próximo mes, a los que se sumarán las entregas del nuevo e-Up y sus variantes de SEAT y Skoda, que se han convertido en las opciones con mejor relación precio/autonomía del mercado.

También el grupo Daimler (Mercedes y Smart) puede sacar provecho de su apuesta por los sistemas híbridos enchufables, redirigiendo a sus clientes hacia estas alternativas para lograr reducir emisiones. Cuentan con una amplia gama que abarca desde el compacto Clase A, hasta el SUV EQC.

Tal vez los que más problemas tendrán serán aquellos que tienen el casillero de eléctricos o híbridos prácticamente a cero, tanto en oferta como en volumen de ventas. Hablamos de marcas como Ford, Subaru y el Grupo Jaguar-Land Rover, que verán como algunas de sus apuestas, como el flamante Ford Mustang Mach e, llegan demasiado tarde como para ayudar en maquillar las cifras de 2020, lo que supondrá afrontar fuertes multas el próximo año. 

Guerra por las regulaciones

Esto podría hacer estallar una guerra entre los grupos que mejor posicionados están para cumplir con las regulaciones y los que no. Una batalla por tratar que Europa reduzca o congele los objetivos para este año a la espera de un milagro que les salve el próximo, a pesar de que los planes no parece a corto plazo muy ambiciosos como para pensar que cambiará algo de forma drástica.

Una batalla en la que hay una variante potente como es el bajo precio del petróleo, que puede hacer que muchos consumidores prefieran optar por adquirir un modelo con motor de combustión, lo que hará más difícil para las marcas el aumentar las ventas de eléctricos, favoreciendo las posturas de los que apuestan por aplazar los retos de reducción de emisiones.

Una postura sobre las regulaciones que desde Bruselas debería mantenerse, y además reforzar la expansión de los eléctricos con un marco legal y fiscal más favorable que precisamente ayude a la expansión de una movilidad eléctrica que es clave para ayudar a reducir la dependencia energética europea, y también las cifras de emisiones contaminantes.

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