Los fabricantes afrontarán multas de 14.600 millones de euros por el exceso de emisiones en Europa en 2020
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Publicado: 23/02/2020 11:50
Este año ha entrado en vigor un nuevo nivel de las normativas de reducción de emisiones en el sector del automóvil en Europa. Un movimiento que no ha cogido por sorpresa a los grupos que conocen su puesta en marcha desde hace años. Pero esto no quiere decir que todos hayan hecho los deberes, y según un informe, en su conjunto las marcas que trabajan en el viejo continente tendrán que enfrentarse ya a corto a plazo a la amenaza de unas multas que pueden llegar a los 14.665 millones de euros a pagar ya en 2021.
Este informe muestra que aquellas marcas que han iniciado una transformación de su gama con vehículos híbridos, como Toyota, han logrado una importante ventaja y a pesar de no contar con modelos eléctricos, serán los que menos multas paguen. Se estima que los japoneses tendrán que enfrentarse a unas sanciones de apenas 18 millones de euros gracias a una gama que el próximo año estará formada en un 71% por modelos dotados de un motor eléctrico.
Pero al mismo tiempo se pone sobre la mesa que el atajo de los híbridos tendrá poco recorrido, y por ejemplo en 2023 el formato de cálculo de dichas emisiones pasará a ser realizado mediante pruebas reales en carretera, en lugar de tomar las cifras de los test de homologación. Algo que elevará las cifras al mismo tiempo que se reducen las cifras máxima de cada gama que en 2020 será de 95 gramos por km, que en 2025 tendrán que ser un 15% menos, y un 30% menos en 2030. Algo que según los expertos hará imprescindible el contar con una amplia cantidad de ventas de eléctricos puros.
Esto dibuja un escenario con grandes retos para Toyota, pero enormemente peligroso para los grupos más retrasados. Por ejemplo podemos ver como a corto plazo el grupo Volkswagen es el que afronta las posibles sanciones más elevadas, con una desviación en los máximos de 12.7 puntos, lo que supondrá multas de 4.504 millones de euros ya por el exceso de este año. Una cifra que debería reducirse en años posteriores cuando se escale la cifra de producción y ventas del amplio programa de coches eléctricos.
Más preocupante es el caso del grupo FIAT. Las estimaciones indican que tendrán que afrontar multas por valor de 2.461 millones de euros por culpa de una desviación de 27 gramos de CO2 por km y vehículo. Una cifra que a pesar de ser la mitad que la de Volkswagen, se produce en una marca con el casillero casi a cero en cuanto a implantación del coche eléctrico, y al que solo salvará una fuerte apuesta por parte de PSA de la que ahora forma parte.
No menos llamativa es la situación de uno de los grupos pioneros en el sector del coche eléctrico. La Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, que terminarán este año con un exceso de 4.9 gramos de CO2 por km y vehículo, y unas multas de 1.057 millones de euros, que se comerían la mitad del beneficio que ha tenido Renault como marca en 2019. Y eso a pesar de su apuesta por el coche eléctrico, pero que se ha quedado en pionera, pero con una oferta muy pequeña siendo el pilar fundamental el pequeño y recién renovado ZOE. Un grupo que en 2021 dará un salto adelante importante que le debería permitir comenzar a reducir las sanciones con la llegada de una amplia gama de vehículos entre los que se incluirán modelos de bajo coste como los de la marca Dacia.
La conclusión que todos podríamos pensar es que las marcas deberían acelerar sus planes para electrificar sus gamas de forma urgente. Pero esto chocará con la falta de previsión en la forma de falta de suministro de baterías. Algo que incluso en este inicio de año ya están sufriendo marcas como Audi, que esta semana ha tenido que parar la producción del etron, Jaguar-Land Rover, que han parado la del i-Pace, y que se extenderá a otros grupos que no han logrado asegurarse e flujo suficiente de baterías para sus nacientes programas eléctricos.
Y es que los proyectos de puesta en marcha de nuevas plantas de baterías están en pleno proceso de construcción, con hasta seis mega fábricas solo en Alemania, además de las que se levantarán en Francia, Suecia, y las ampliaciones de las instalaciones de LG, Samsung o SK Innovation en Europa del Este. Proyectos que necesitarán en algunos casos dos o tres años para iniciar su producción.
Un periodo donde las marcas tendrán que buscar debajo de las piedras las baterías que les permitan sortear las cada vez más exigentes normas sobre emisiones, y sortear de esa forma las cada vez más elevadas sanciones.