Actualmente, la mayor parte de los fabricantes de automóviles consideran el coche eléctrico como el futuro de la industria. Sin embargo, a la hora de desarrollar este tipo de vehículos, las marcas están adoptando dos estrategias radicalmente opuestas: algunas apuestan por la creación de plataformas multienergía capaces de albergar trenes motrices térmicos, híbridos y eléctricos, mientras que otras están desarrollando arquitecturas específicas para coches 100% eléctricos.
Entre los defensores de las plataformas flexibles nos encontramos con BMW (plataformas UKL-E y CLAR-E), PSA Peugeot-Citroën (plataformas e-CMP y e-EMP2) o Volvo (plataformas CMA y SPA), mientras que empresas como General Motors (plataforma BEV3), Hyundai (plataforma E-GMP), la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi (plataforma CMF-EV) o el Grupo Volkswagen (plataformas MEB y PPE) han apostado por las arquitecturas 100% eléctricas.
En el caso concreto de Volkswagen, la plataforma MEB servirá como base para la inmensa mayoría de coches eléctricos del grupo (la PPE estará reservada para modelos de alta gama), desde compactos como el ID.3 hasta SUV como el Audi Q4 e-tron. Esta arquitectura será la piedra angular del proyecto de electrificación masiva de la compañía alemana, ofreciéndose incluso a terceros fabricantes como Ford para que desarrollen sus propios coches eléctricos a partir de ella.
Klaus Bischoff, jefe de diseño de Volkswagen, afirma que no desarrollar una plataforma específica para coches eléctricos es «un error». «Los trenes motrices eléctricos ofrecen a los diseñadores la oportunidad de idear un enfoque de diseño completamente nuevo. Nuestro objetivo es desarrollar algo que brinde a los clientes grandes ventajas: un tamaño reducido, un gran interior y una arquitectura totalmente digital. Mantener [un automóvil eléctrico] en una plataforma tradicional habría sido una decisión equivocada.
Hay más libertad [con un coche eléctrico dedicado] porque el volumen y las proporciones del automóvil son diferentes. Con el motor de combustión interna fuera del juego, realmente puedes cambiar las proporciones y los estilos de la carrocería y tienes mucha más flexibilidad, particularmente en términos de diseño de interiores».
A pesar de todo, Bischoff es consciente de que las marcas tampoco pueden ser demasiado radicales a la hora de diseñar coches eléctricos para no «asustar» a los compradores. «Estamos en este viaje juntos. Si se va demasiado lejos y se entra en un campo de diseño que es diferente pero no equilibrado o estilístico, se pueden perder clientes. Se necesita ser valiente, pero hay que hacerlo paso a paso».
Fuente | Autocar
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