El grupo coreano Hyundai (formado por las marcas Hyundai, KIA y Genesis) es actualmente uno de los más involucrados en el desarrollo de la pila de combustible de hidrógeno junto con la japonesa Toyota. Ambas cuentan a día de hoy con dos modelos de hidrógeno de última generación, el Hyundai Nexo y el Toyota Mirai, dos propuestas casi únicas en el mercado.
KIA aseguró en 2018 que de cara al año 2021 comenzaría a ofrecer un vehículo de hidrógeno derivado del Nexo; sin embargo, debido a la actual crisis derivada de la pandemia del coronavirus, este proyecto ha perdido prioridad dentro de los planes de la marca, viéndose pospuesto de forma indefinida mientras todos los esfuerzos se centran en los coches eléctricos a baterías.
«No creo que sea algo que tengamos que impulsar. Si decimos que los vehículos eléctricos son caros para el consumidor, los de hidrógeno lo son aún más». Emilio Herrera, director de operaciones de KIA en Europa, ha dejado claro con estas palabras que es altamente probable que KIA no mantenga su promesa de poner a la venta un vehículo de hidrógeno para 2021.
Actualmente el Hyundai Nexo tiene un precio de partida superior a los 70.000 euros, lo que lo aleja del gran público. A esto habría que sumar el problema que supone la ausencia casi total de estaciones de carga, cuya instalación es a día de hoy mucho más costosa que la de un punto de carga para coches eléctricos a baterías. Tampoco debemos perder de vista el elevado coste energético que supone la obtención del hidrógeno.
En los últimos tiempos han sido muchas las marcas que han renunciado a sus proyectos relacionados con la pila de combustible de hidrógeno: Daimler (Mercedes-Benz) y Honda han congelado sus desarrollos de este tipo, mientras que firmas como BMW seguirán apostando por esta tecnología con cuentagotas, no estando previsto el lanzamiento de un modelo de gran volumen como mínimo hasta 2025.
Hyundai anunció a finales de 2018 su intención de fabricar para 2030 unos 500.000 automóviles dotados de pila de combustible de hidrógeno al año; sin embargo, la crisis económica actual, que está obligando a los fabricantes a cancelar numerosos proyectos para ahorrar costes, podría ralentizar estos planes en favor del desarrollo de su gama de coches eléctricos a baterías.
Fuente | Autocar
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