El fabricante chino SVOLT presentó el pasado año un nuevo tipo de baterías que se caracterizan por estar libres de cobalto. Unas celdas de níquel-manganeso (NMX) que compiten en rendimiento con las nuevas NCM811 que producen nombres como LG, Sk Innovation y CATL, al tiempo que reduce el coste de los materiales, lo que en la práctica supone una reducción general del precio del pack.
Además de un menor coste y un elevado nivel de competitividad, desde SVOLT además se ha indicado que las baterías libres de cobalto tienen varias ventajas fundamentales, incluyendo una vida útil más larga, una mayor seguridad y una mayor densidad energética.
Pero después de mucho tiempo acostumbrados a ver noticias sobre futuros desarrollos, sin duda es destacable que estemos ante un anuncio que no hable de las características técnicas ni el potencial de las celdas, sino de la apertura de pedidos para los primeros clientes.
Esto supone dar el paso crítico del laboratorio a la producción. Una fabricación que comenzará el próximo mes de junio en la planta que la compañía tiene en Jintan, China, a la que en 2022 se unirá la fábrica que están levantando en Alemania.
Las celdas NMX libres de cobalto de SVOLT contarán con una capacidad de 115 Ah y una densidad de energía de 245 Wh/kg en formato MEB (33,4 x 220 x 102,5 mm). Su voltaje es de 3,74 V y la capacidad es de 430 Wh. Esto significa que la variante de 115 Ah de la batería NMX de SVOLT tiene una capacidad útil efectiva de 396 Wh. Se espera que esta variante de celda esté disponible para su venta a partir del segundo trimestre de 2021.
También habrá posibilidad de solicitar una variante sin cobalto con 226 Ah y una densidad de energía de 240 Wh/kg, que se espera esté disponible a partir del cuarto trimestre de este mismo año. La versión de 226 Ah es el formato de celda denominado L6 (21,5 x 574 x 118 mm). Las celdas «L» se caracterizan por contar con un cuerpo alargado y un formato prismático delgado con electrodos colocados lateralmente y válvulas de desgasificación.
Unas celdas NMX de SVOLT que están formadas en un 75% de níquel, un 25% de manganeso, y se estabilizan mediante procesos de recubrimiento especialmente desarrollados. De esta manera, las celdas NMX logran una mayor estabilidad térmica y seguridad general que las celdas NCM.
El resultado son unas celdas que gracias a la ausencia del costoso y pesado cobalto, así como la reducción del cada vez más costoso níquel, son unas celdas más sostenibles, y además un 5% más económicas que las celdas convencionales con cobalto. Algo que les permite convertirse en una buena alternativa en vehículos de coste medio y bajo. Y todo según SVOLT, renunciando a solo un 5% de densidad energética respecto a las baterías de litio NCM actuales.
Otro de los factores a tener en cuenta será su vida útil. Un apartado crítico donde estas nuevas baterías parecen brillar a buena altura. Según la compañía, las celdas pueden lograr completar 2.500 ciclos de carga y descarga sin apenas pérdida de capacidad. Algo que logran a través de un material de cátodo especialmente desarrollado que utiliza un monocristal con una capa superficial fina como una oblea («nano-revestimiento»), que consta de unos pocos cientos de moléculas.
Dentro de la celda de la batería, el monocristal reduce una de las principales causas del envejecimiento de las baterías de los vehículos eléctricos: la formación de microgrietas y roturas en el material del cátodo activo y, por lo tanto, el desgaste de la celda. Al mismo tiempo, el recubrimiento, que tiene solo unos pocos nanómetros de espesor, protege la superficie del material del cátodo utilizado de reacciones secundarias con el electrolito. SVOLT ralentiza significativamente el envejecimiento de las celdas de sus baterías NMX.
Unas celdas cuyos primeros clientes podría ser el Grupo PSA y sus diferentes marcas (Citroën, Peugeot, Opel y DS) a los que ahora se sumarán las marcas del Grupo FIAT-Chrysler que han dado como resultado el Grupo Stellantis.
Estas deberían poder tener acceso prioritario a las baterías que salgan de la fábrica que SVOLT está levantando en Alemania, en la que invertirá un total de 2.000 millones de euros, y que contará con una capacidad máxima de 24 GWh anuales. Cifra que les permitirá producir entre 400.000 y 500.000 baterías al año cuando logren su máxima capacidad, y que no comenzará a producir celdas hasta 2023.
Pero un poco antes, en 2022, esta planta arrancará sus primeras líneas de producción de packs, usando en una primera fase las celdas procedentes de China para comenzar a entregar packs completos en Europa el próximo año.
Fuente | SVOLT
