MIA Electric fue un nombre bastante conocido entre los aficionados durante los albores de la era moderna de la movilidad eléctrica: entre los años 2011 y 2013, este fabricante de origen francés produjo y comercializó un pequeño monovolumen eléctrico que llegó a lograr cierta notoriedad en el todavía limitado panorama europeo.
El único modelo comercializado por la compañía, conocido simplemente como MIA, se ofrecía en tres versiones: MIA, MIA L y MIA U. Todos ellos estaban disponibles con dos baterías (8 kWh o 12 kWh) con celdas LFP (litio-ferrofosfato), las cuales les proporcionaban una autonomía de entre 85 y 125 km bajo el ciclo de homologación NEDC. La velocidad punta estaba limitada a 100 km/h.
El MIA estándar tenía tres plazas (con la del conductor en posición central), puertas correderas y una longitud de 2,87 metros, por lo que rivalizaba con el Smart Fortwo ED. El MIA L se iba a los 3,19 metros y ofrecía cuatro plazas, mientras que el MIA U era la versión comercial del MIA L y ofrecía un volumen de carga superior a los 1.500 litros a costa de convertirse en un monoplaza.
A pesar de lo interesante de esta propuesta de carácter urbano, en diciembre de 2013 la producción se interrumpió debido a los problemas financieros que arrastraba la compañía, que entró en suspensión de pagos en marzo de 2014. Sin embargo, ahora MIA Electric podría regresar con fuerza renovada una década después del lanzamiento de sus primeros modelos.
Fox E-Mobility, empresa que se hizo cargo de los activos de MIA en 2015, ha firmado un memorando de entendimiento con InoBat Auto para desarrollar y producir las baterías del nuevo MIA 2.0. Este fabricante de baterías, que acaba de abrir una línea piloto en Eslovaquia, comenzará a producir celdas para el renovado urbanita a lo largo del año 2022.
La producción del MIA 2.0 por su parte comenzará en el primer trimestre de 2023. Fox E-Mobility promete que el vehículo tendrá un diseño exterior e interior renovado, si bien el grueso de las mejoras se encontrarán bajo la piel. Para empezar, se empleará un motor «significativamente» más potente que el propulsor original, que rendía 13 CV (9,7 kW).
Además, las nuevas baterías le proporcionarán una autonomía media «real» de unos 200 km, una mejora notable respecto al modelo anterior. Además, contará con una serie de equipamientos de seguridad adicionales: ABS, ESP, control de crucero adaptativo, asistente de ángulo muerto… Su precio de partida objetivo será de unos 16.000 euros, por lo que se convertirá en rival directo de modelos como el esperado Dacia Spring.
Fuente | Automobile Propre
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