La red de concesionarios de Cadillac en EEUU apoya mayoritariamente el salto a los coches eléctricos

El empujón de marcas extranjeras acabó con los años dorados de Cadillac, la marca Premium de General Motors. De aquí a 2030 va a efectuar una profunda transformación, ya que solo venderá coches eléctricos por entonces. Por eso el año pasado le comunicó a los 880 concesionarios de Estados Unidos que había dos caminos, o invertir unos 200.000 dólares cada uno para prepararse a ese escenario, o que aceptasen una recompra y adiós muy buenas.

De los 880, unos 150 no confiaron en que el futuro de Cadillac pase por ahí, y decidieron desligarse de la marca por 300.000 a 1.000.000 dólares. En algunos casos, han aceptado deshacerse de algún concesionario a cambio de establecerse en otro lado, también con Cadillac. Los 200.000 dólares son para instalar puntos de recarga, adaptar las instalaciones y formar a los empleados en los nuevos vehículos.

Después del tropiezo comercial del Cadillac ELR, que era un remarcado muy caro del Chevrolet Volt de primera generación, esta vez Cadillac tiene un producto acorde a los tiempos que corren. Se trata del 2023 Cadillac Lyriq, del cual se aceptarán pedidos desde mañana mismo, el primer modelo totalmente eléctrico de la marca y sin un motor de combustión bajo el capó.

Curiosamente, Cadillac va a volver a más de un lugar donde había perdido presencia, como Beverly Hills (California), donde hace 35 años que no se les ve, o en Manhattan (Nueva York), tras el cierre del concesionario local el año pasado. Solo a lo largo de este año, ocho grupos de concesionarios se han hecho con instalaciones para vender Cadillac.

Los concesionarios que sí creen en el futuro eléctrico de Cadillac asumen que durante un tiempo los volúmenes serán bajos y que su rentabilidad no vendrá precisamente del Lyriq. Otros, en cambio, creen que podrán colocar todos los coches que la marca les asigne a la clientela.