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Volkswagen ofrece las primeras actualizaciones públicas vía Internet (OTA) de los ID.3, ID.4 e ID.4 GTX

La marca alemana se convierte en la primera -y única- de gran volumen en ofrecer actualizaciones para sus coches a través de Internet, o como se suele decir en inglés, over the air (OTA). Tesla, que es un fabricante más pequeño, hace años que las ofrece. Para bien o para mal, los ciclos de desarrollo cortos llegan también a los coches.

Las actualizaciones permiten tener el coche actualizado, disponiendo por tanto de más funciones y de que otras sean mejoradas. Hasta aquí, todo bien. La parte menos amable de todo esto es que el fabricante podrá vendernos más adelante «asistencia de viaje», «capacidad mejorada de baterías en viajes largos», conducción semiautónoma, etc. Dicho de otra forma, el coche tiene la capacidad de hacerlo, pero se pagará por desbloquear o por tener disponible más adelante funcionalidad extra.

Las actualizaciones también sirven para tapar los errores de programación que se escaparon en las fases alpha (versión preliminar) y beta (versión con pocos fallos), y llegaron a «producción» (en teoría, ya con todo pulido y sin fallos)

Sea como fuere, Volkswagen había hecho una prueba piloto de su sistema de actualización, que se hace mediante red de datos móvil, y ahora lo abre a todos los clientes. La última versión del software es ID. 2.3, que incorpora algunas mejoras en la interfaz, en el comportamiento de la luz del salpicadero (ID. Light), procesamiento de imagen mejorado para las cámaras de vídeo y mejor funcionamiento de las luces automáticas de noche. Lo más importante es la mejora en la seguridad activa.

Más de uno pensará en chascarrillos del tipo: «el coche tendrá que tener suficiente carga», «no se podrá usar durante unos minutos» o «tardará minutos en actualizarse». Pues sí, pasarán las tres cosas, como con los teléfonos móviles o gadgets. La actualización OTA de Volkswagen requiere que las baterías estén por encima de la mitad, que ya no vaya a usarse el coche en un rato, esté desenchufado de la red y -ojo al dato- que no se dejen objetos de valor en el interior. Como si uno no pudiese fiarse del cierre centralizado, muy tranquilizador para cualquier cliente que se precie.

En el mundo del automóvil estábamos acostumbrados a que las mejoras tardaban en llegar bien en el restyling o, con suerte, en menos de un año, pero siempre hablando de coches nuevos. Muy pocas actualizaciones retroactivas estaban disponibles, y eso si las había. En teoría, los primeros ID.3 que salieron de fábrica se podrán beneficiar de la misma versión del software que los que acaban de ser fabricados. Ídem para los ID.4 e ID.4 GTX.

Y aunque esto Volkswagen no lo dice, algún día se dejarán de ofrecer actualizaciones para los ID.3, ID.4 e ID.4 GTX por alguna incompatibilidad que saldrá o por ser ya modelos antiguos, como pasa exactamente en el mundo tecnológico. En este último mundo no se tiene la misma noción de «vida útil» que un vehículo, que puede durar 15, 20 o 30 años con el mantenimiento adecuado y con la misma funcionalidad con la que salió de fábrica. Y esperemos que no haya actualizaciones con defectos que conviertan al coche en un «ladrillo» que tenga que ir a taller remolcado, como ocurre con algunos teléfonos móviles.

De momento, Volkswagen dice que habrá actualizaciones cada 12 semanas, con el objetivo de mantener los coches actualizados y «mejorar la experiencia del cliente». CARIAD, la empresa de software del Grupo Volkswagen, es la encargada de las actualizaciones.

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