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Así se fabrica el Pininfarina Battista, el coche eléctrico italiano más potente de la historia

Cuando comenzó el nuevo siglo, Pininfarina producía para otros fabricantes con volúmenes intermedios, ni era producción masiva ni era de serie limitada. Actualmente Pininfarina fabrica coches, pero solo para ellos, de ahí la fundación de Automobili Pininfarina. La producción del Pininfarina Battista comienza este mes. El hiperdeportivo eléctrico se presentó en 2019 y en cuestión de semanas llegará a sus nuevos propietarios, un año más tarde de lo inicialmente previsto.

El proceso de producción no comienza exactamente en Cambiano, cerca de Turín (Italia). En realidad parte del coche viene ya hecha desde las instalaciones de Rimac en Croacia, ya que el Battista está parcialmente basado en el Rimac Nevera, pero con especificaciones propias de la compañía italiana. A Italia llega un chasis rodante con suspensión completa, frenos, ruedas, cadena cinemática y 120 kWh de baterías, así como la estructura de fibra de carbono sin pintar. Sobre la estructura desnuda hay que colocar 20 paneles de carrocería.

Lo primero que se hace en Cambiano es comprobar que todos los sistemas funcionan correctamente, aunque en Rimac eso se ha hecho también, ya que hablamos de coches de 2 millones de euros. Una vez que todo está en orden, se desconecta por completo el sistema eléctrico para evitar el riesgo de accidente. La mayoría de los procesos se realizan a mano, de ahí el precio del coche, y siguiendo las instrucciones del pedido, así que difícilmente habrá dos Battista iguales.

El taller donde se producen los Battista está dividido en nueve áreas. La plantilla de 16 trabajadores y sus 13 supervisores siguen una secuencia estricta y metódica antes de pasar a la siguiente estación. La producción total será de 150 ejemplares, ni uno más. No hay sofisticados robots automatizados, los coches se van trasladando de un lugar a otro en carros autoguiados.

Cada coche se tarda en producir unas 10 semanas. Los periodistas de Autocar, que han podido visitar la fábrica, lo comparan con 1.250 horas-hombre por coche, cifra que sube a 2.000 horas-hombre cuando se ha finalizado el trabajo de pintura, y lleva tres capas. En la planta se encuentran a la vez entre 10 y 13 coches. Solo en controles de calidad e inspección final se emplean cuatro semanas.

En el proceso de ingeniería se previó cómo ahorrar tiempo en determinados procesos. Por ejemplo, el ajuste del salpicadero en el chasis resulta más sencillo porque no se encuentra la típica viga transversal que hay detrás del mismo. La estructura de fibra de carbono es lo suficientemente rígida como para no necesitarla. Con la ayuda de los carritos, todo puede hacerse a mano, incluso colocar las puertas. Podéis ver imágenes exclusivas del proceso en Autocar.

Detrás de cada Pininfarina Battista está el encanto de la producción a la antigua usanza, totalmente a mano, y con un mínimo de intervención robótica por cuestión de peso, higiene postural de los trabajadores, etc. Este sistema de producción solo resulta rentable con precios muy elevados por unidad. El futuro de Pininfarina va en esta dirección, series limitadas muy exclusivas, y ya siempre de coches eléctricos.

Cuando los Battista lleguen a la calle, seguramente harán muy pocos kilómetros y podrán cambiar de manos a precios muy similares a los de cuando estaban nuevos, pero más por encima que por debajo. Prácticamente hablando, son piezas de colección, no medios de transporte. Finalizada su serie limitada, fabricarán tres modelos de crossover, el primero de ellos anticipado por el Pura Vision.

Pininfarina llegó a tener una capacidad de 60.000 unidades, tres sitios de producción y una plantilla de 3.000 trabajadores. Eran los tiempos en los que grandes fabricantes tenían modelos especiales de producción en serie que no les salía a cuenta fabricar por sí mismos, como los Bentley Azure, Alfa Romeo Brera/Spider, etc. Como las gamas tienden a homogeneizarse y la racionalidad se ha impuesto a la fuerza, esa era se ha terminado. Además, Pininfarina sigue realizando servicios de diseño, homologación… para terceros fabricantes.

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