Muchos de los proyectos para levantar grandes instalaciones de producción de hidrógeno verde, buscarán aprovechar el suelo barato y la gran cantidad de horas de sol de las zonas desérticas. Pero para su producción hace falta además agua. La preocupación es que las poblaciones locales puedan verse perjudicadas, pero según el último informe de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA) el efecto podría ser justo el contrario.
Así lo indica el último informe de IRENA, que indica que para acceder a agua en estas zonas, las empresas tendrán que realizar inversiones en proyectos como desalinizadoras que garanticen el acceso a las cantidades necesarias de agua necesarias para la producción de hidrógeno renovable.
Este proceso añadiría apenas un 4% al coste nivelado de la inversión (LCOE) que no será un impedimento si tenemos en cuenta el coste del vector.
Esto permitirá impulsar proyectos en lugares con gran potencial como Mauritania, Namibia, Arabia Saudita, Omán, Chile y Australia, donde las condiciones son muy buenas para lograr instalar grandes sistemas renovables, pero donde el acceso al agua puede ser un reto. Principalmente en las regiones Africanas.
Según el informe «El sistema de suministro de agua podría ampliarse para atender otros usos del agua, todo con un incremento del coste relativamente pequeño para el hidrógeno, pero proporcionando las economías de escala necesarias para lograr costes para el agua bajos”.
Esto se podrá aplicar según IRENA, también a zonas interiores canalizando el agua. “En regiones alejadas de la costa, se podría considerar el transporte por sistemas como canalizaciones, lo que aumentará el coste del suministro de agua, pero seguirá representando una parte relativamente pequeña del coste total de producción de hidrógeno, alcanzando cifras estimadas de apenas 0.05/kg y representando entre el 1 y el 2% del consumo energético del electrolizador”.
Algo que supondrá una oportunidad para crear empleos de forma local en la producción, en el mantenimiento de las instalaciones, pero también permitirá mejorar el acceso a una energía económica usando parte de la producción de las instalaciones renovables de forma local, a lo que en las zonas áridas añadir el acceso a un elemento básico como el agua dulce, que supondrá una oportunidad de progreso de zonas poco favorecidas que verán como crecen las oportunidades.
Fuente | IRENA
