En Stellantis creen que como no bajen los precios de los coches eléctricos, el mercado europeo podría colapsar
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Publicado: 30/06/2022 15:52
Los grandes fabricantes han entendido el recado de Bruselas: en 2035 todos los coches nuevos que vendan en Europa ya tienen que ser totalmente eléctricos o con cero emisiones de carbono. Stellantis, que es uno de los más importantes, cumplirá ese objetivo con cinco años de adelanto, toda su gama será eléctrica en 2030, mientras que en Estados Unidos lo será la mitad de sus ventas.
Pero para que eso suceda no solo hay que vender coches y furgonetas eléctricos a la mitad superior al mercado, también a los clientes de menor poder adquisitivo, y eso implica a su vez que se puedan bajar los costes de forma sustancial. El responsable de producción de Stellantis, Arnaud Deboeuf, pretende reducir los costes en un 40%.
En caso contrario, el francés cree que el mercado podría llegar a una situación de colapso. Para lograr tamaña reducción Stellantis está tratando de asegurarse componentes y baterías para tantos vehículos eléctricos, tanto a nivel interno como apretando las tuercas a sus proveedores. Por ejemplo, Vulcan Energy suministrará baterías a Stellantis, y el fabricante se ha hecho con 50 millones de euros de sus acciones.
La reducción de costes también implica que no todas sus fábricas van a mantenerse abiertas, sobre todo las que hacen ciertos componentes, y que mucha gente va a quedarse sin trabajo. La producción de motores eléctricos es mucho menos compleja en piezas y menos intensiva en mano de obra. Según se vayan desarrollando los acontecimientos, podarán aquí o allá.
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Pero pese a los deseos de Stellantis de reducir precios, la realidad es que las materias primas siguen subiendo, y a este ritmo empezará a merecer la pena comprar minas enteras y acaparar suministros. Entre Europa y Norteamérica Stellantis se va a asegurar 400 GWh anuales en celdas con cinco fábricas. Lo mismo pasa con la energía, se valora la producción de electricidad con placas fotovoltaicas para aumentar la independencia de la red y los vaivenes de los precios.
Para los fabricantes como Stellantis lo ideal sería que el mercado se regulase solo y que sus clientes eligiesen, pero en 2035 tienen que cumplir sí o sí. Teniendo que elevar los precios para evitar vender a pérdida o reducir sus márgenes comerciales, se limita el acceso a los coches eléctricos en vez de facilitarlo. Los políticos europeos consideran que, a pesar de las dificultades, en más de 10 años tendrán tiempo para solucionarlas y que todos los europeos puedan comprarse coches eléctricos en 2035, o antes.