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Los retos de la conducción autónoma. La flota de Cruise colapsa por un fallo de funcionamiento

En 2016 General Motors compró Cruise por 1.000 millones de dólares con el objetivo de agilizar su programa de conducción autónoma. Una compra que permitió en lanzar la primera prueba de taxis autónomos en una ciudad, concretamente en San Francisco, California. Ahora después de apenas 4 meses funcionando como flota comercial, el sistema ha tenido un fallo y ha provocado un enorme colapso de tráfico en las calles de la localidad californiana.

De momento no se saben las causas, pero la pasada madrugada decenas de unidades de la flota de Cruise se concentraron entre las calles Gough y Fulton, a sólo 3 kilómetros de Fisherman’s Wharf. En este caso bloquearon algunas de las arterias más concurridas de la ciudad, generando un impresionante caos automovilístico que llegó a afectar incluso al tráfico del puente Golden Gate.

A la vista de los problemas, desde General Motors puso en marcha un equipo de respuesta que permitió mover algunas unidades de forma remota, mientras que otras han tenido que ser rescatadas por técnicos de Cruise personalmente al no responder a las órdenes y que han tenido que conectar la conducción manual para devolverlos a la base.

Como recordamos, esta flota de taxis lleva desde marzo trabajando de forma abierta en las calles de San Francisco todavía en fase de pruebas. Un tiempo donde el funcionamiento ha sido relativamente bueno ya que solo se han dado algunos incidentes menores fruto de la «poca experiencia» del sistema con la interacción humana.

Unos modelos que como recordamos utilizan como base el Chevrolet Bolt, y que además no funcionan en las horas de mayor movimiento en la ciudad, limitando su trabajo al horario nocturno entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana.

Por ejemplo, en un determinado momento, un agente de policía ordenó a una unidad detenerse por ir con las luces apagadas por la noche. Una parada para atender a las órdenes de un agente para lo que están programados. Pero esta unidad no se paró hasta varios metros después. La explicación de los ingenieros de Cruise es que el coche está programado para pararse de una forma segura, y las condiciones de la vía no lo permitían.

Pero durante este tiempo de funcionamiento, la flota de taxis autónomos también ha tenido sus aciertos. Además de un funcionamiento libre de accidentes graves, y sin emisiones ya que son coches eléctricos, el sistema de cámaras está ayudando en algunas investigaciones de la policía de la ciudad tanto para resolver crímenes como para determinar responsabilidades en caso de accidentes.

Una tecnología con grandes beneficios, pero que como vemos todavía tiene camino por delante para estrenarse en el prime time.

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