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Europa tiene en la lignina una alternativa al grafito de China, y su producción comenzará antes de final de año

Hace unos días hemos publicado un artículo donde poníamos sobre la mesa el riesgo para la transición energética de Europa por la dependencia del grafito. Un material clave para la producción de baterías que está en manos casi exclusiva de China, pero que cuenta con alternativas más cercanas y sostenibles. Ahora la empresa europea Northvolt ha confirmado que su primera línea de producción está lista para comenzar a fabricar este material.

El reto es lograr producir los ánodos de las baterías usando componentes más sostenibles y que no corran el riesgo de que un movimiento geopolítico ponga en riesgo su suministro. Esta será una de las claves de futuro para desarrollar soluciones como los coches eléctricos, pero también tecnologías fundamentales como el almacenamiento estacionario.

Para ello dos empresas europeas, Northvolt y Store Enso, han estado en los últimos meses buscando diversificar el acceso a los materiales que dan forma a los ánodos usando compuestos orgánicos procedente de los bosques del norte de Europa.

Estas usarán la lignina. Un polímero que se encuentra en las paredes celulares de las plantas de tierra firme. Los árboles se componen de 20 a 30% de lignina, donde actúa como un aglutinante natural y fuerte, y que según los responsables del proyecto, eliminarán de la batería componentes como el grafito y las láminas de cobre, y que además  permitirá el acceso a un elemento más cercano, sostenible, pero incluso también más económico.

No se terminan ahí las buenas noticias ya que según Store Enso, las baterías con lignina ofrecen una carga y descarga más rápidas que las baterías de ánodo de carbono tradicionales. También ofrecen una mayor estabilidad térmica y un rendimiento más eficiente en bajas temperaturas.

Pero la cuestión es cuándo y el cuánto. Los responsables del proyecto han indicado que están ultimando el desarrollo de la primera línea de producción de la planta que se sitúa en la localidad finlandesa de Sunila. De allí esperan poder sacar adelante unas 50.000 toneladas de lignina al año a partir de 2023.

Un hito que permitirá no solo sentar las bases de un sistema con mayor seguridad para Europa, sino también reducir el impacto de la producción de las baterías, que en la actualidad rondan el 50% de las emisiones totales en la producción de un coche eléctrico, y donde este componente orgánico y renovable puede ser una baza de futuro clave.

Vía | USNews

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