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El coste de las baterías va a subir aún más: el litio marca precios récord tras encarecerse un 145 % este año

La industria de las baterías y los coches eléctricos se encuentra en una situación muy delicada a consecuencia del continuado alza de los precios de las materias primas. El mercado del litio es un claro indicativo de ello y está afectando especialmente al precio de los cátodos.

El sector del automóvil rema contra corriente mientras intenta conseguir llegar a la tierra prometida: el coche eléctrico. Mientras los fabricantes afrontan una dura y costosa transición hacia la tecnología cero emisiones, la crisis de los microchips, la del transporte o la de las materias primas emergen como virulentas tormentas que ralentizan su avance.

Centrándonos en las materias primas, el problema no es sólo la escasez de algunas de ellas, sino también el precio. Y el litio es claramente protagonista tanto por su relevancia en las baterías actuales como por el considerable aumento de valor que ha experimentado en los últimos 12 meses.

El litio sube un 145 % y arrastra al precio de los cátodos

Desde que en noviembre de 2020 el litio llegara a su precio más bajo de los últimos 5 años, su ascenso ha sido imparable. Y desde julio de 2021, incluso meteórico.

En aquel momento, el precio de referencia de la tonelada de carbonato de litio de grado de batería (mínimo 95 % de Li2CO3) era 95.226,70 yuanes (12.738 euros), pero durante el mes de noviembre esta se ha colocado en 596.420 yuanes (79.778 euros). En la práctica, esto supone un nuevo récord, superando al previamente establecido en abril de este mismo año, así como un incremento del 145 % en lo que llevamos de 2022.

Extraer el litio es cada vez más costoso.

Como es lógico, esto ya ha influido negativamente en el precio de los cátodos de las baterías de iones de litio, que ha aumentado un 4 % en noviembre y un 32,4 % este año, según datos de Benchmark Mineral Intelligence.

«El repunte del índice de precios de los cátodos en los últimos meses es indicativo del aumento de los costes de las materias primas e inevitablemente dará como resultado un aumento de los costes de las celdas más adelante en la cadena de suministro», afirma Evan Hartley, analista de Benchmark.

«No es sólo el aumento de los precios del litio lo que está afectando el precio de los cátodos, sino el hecho de que las plantas de cátodos no reciben las entregas de carbonato e hidróxido de litio acordadas en contratos de suministro a largo plazo», amplía. «Los productores han recurrido al mercado al contado para asegurar el suministro, donde la disponibilidad de material también es escasa».

Además del litio, otras materias primas clave también han subido este año. El precio del sulfato de níquel chino se ha incrementado un 3,2 % y el del sulfato de cobalto un 1,6 % sólo en octubre.

En búsqueda de alternativas

Con este panorama, no es de extrañar que los fabricantes lleven tiempo buscando una alternativa a las baterías de litio, que en este momento monopolizan el mercado. Un ejemplo son las baterías de cloruro de sodio y níquel, que pueden abaratar los costes hasta en un 60 % gracias a una extracción más sencilla y unas reservas mucho más elevadas.

Circunstancias todas ellas que sin duda afectan y de qué modo a los beneficios netos de los fabricantes. Según datos de este mismo mes, Tesla es la marca con un mayor margen neto de ganancias: 9711 dólares por cada una de las 340.000 unidades comercializadas en el tercer trimestre de 2022.

Volkswagen es una de las marcas que menos gana con sus coches eléctricos.

Por detrás encontramos a Mercedes-Benz que, con una producción de 530.400 unidades, logra mantener el tipo con un margen de 7469 dólares, seguida de cerca por General Motors, con 5949 dólares.

Llaman la atención los datos que el estudio otorga al gigante Volkswagen, con apenas 957 dólares de beneficio por unidad vendida, y que supone 10 veces menos que Tesla y casi 8 veces menos que Mercedes.

Mientras algunos fabricantes operan con márgenes que les permiten asumir el alza de los precios, otros podrían verse obligados a reevaluar sus estrategias a consecuencia de la situación y las perspectivas a corto y medio plazo del mercado de las baterías.

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