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Este país espera cubrir el déficit para ser 100% renovable con un gigantesco sistema de bombeo hidráulico

A pesar de que casi todo el mundo está de acuerdo de que el futuro es renovable, queda por saber como se cubrirán las intermitencias de las fuentes limpias. Hay alternativas como las baterías, pero parece que el bombeo hidráulico será una de las tendencias de futuro. Así lo ve Nueva Zelanda, que apostará por esta tecnología con una enorme inversión.

Y es que las diferencias en las condiciones de sol y viento hace que lograr un 100% de producción eléctrica con renovables sea un reto mastodóntico. Algo que provoca que de no encontrar una solución, seguiremos dependiendo de los combustibles fósiles.

Según la Ministra de Energía de Nueva Zelanda, Megan Woods, el país puede enfrentarse a un déficit de entre 3 a 5 TWh en la producción eléctrica en los años menos propicios para las renovables. Eso supone un 10% de las necesidades energéticas anuales actuales del país.

El bombeo hidráulico al rescate

Para encontrar una solución, el gobierno de Nueva Zelanda ha confirmado que desarrollará un proyecto para la instalación de un enorme sistema hidroeléctrico de bombeo en el lago Onslow. Una alternativa que permitirá diseñar un sistema energético fiable, asequible, seguro y descarbonizado.

Se estima que el proyecto de bombeo en el lago Onslow proporcionará entre 3 TWh y 8,5 TWh de capacidad de generación y almacenamiento anual, lo que en la práctica supondrá cubrir las intermitencias de las renovables en los peores años.

El principal reto es el económico. Y es que se trata de una iniciativa que supondrá una ingente inversión que necesitará un profundo análisis.

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Mientras tanto, el gobierno neozelandés ha indicado que continuará opciones alternativas que supondrá valorar una amplia cartera de tecnologías, desde la quema de biomasa, la energía geotérmica y el hidrógeno verde, así como un esquema hidroeléctrico de bombeo más pequeño en el centro de la isla.

Una opción alternativa que estiman costará unos 13.500 millones de dólares neozelandeses, unos 8.500 millones de euros al cambio, pero que tendría unos costes operativos mucho más altos que el proyecto hidroeléctrico de bombeo.

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