Que los fabricantes chinos se han convertido en pocos años en una fuerza emergente imparable es algo que casi todo el mundo sabe. Por supuesto, los presidentes de los grandes grupos occidentales son conscientes de ello. Pero ahora el máximo responsable de Ford lo ha expresado públicamente, indicando que sus grandes competidores en el sector del coche eléctrico no serán ni Toyota ni General Motors, serán los grupos chinos.
Así lo ha indicado, Jim Farley, director ejecutivo de Ford, que en una entrevista al portal Automotive News ha dicho que las compañías automotrices chinas son sus mayores rivales en el mercado del coche eléctrico. Ni General Motor, ni Toyota.
Es cierto que compararse con Toyota en este sector no es exactamente algo muy meritorio, ya que el fabricante japonés no ha apostado por la tecnología, mientras que General Motors ha tenido una dinámica muy irregular con malas decisiones y falta de planificación en el suministro de componentes que han lastrado su trayectoria.
En el otro lado de la balanza, el presidente de Ford ha situado a marcas como BYD, Geely, Great Wall, Changan y SAIC, a los que ha calificado como los más competitivos entre los fabricantes chinos, y dijo que para vencerlos, Ford necesita una marca distintiva o unos costes más bajos.
El gran problema para el Sr Farley es que los grupos del gigante asiático han logrado desplegar una economía de escala hasta cinco veces mayor que los occidentales. Algo que hace muy complejo competir en aspectos como los costes.
Para conseguirlo, Ford ha propuesto la construcción de grandes plantas de producción de baterías en Estados Unidos, para de esa forma reducir la dependencia de China. Pero este acuerdo que tiene previsto invertir 3.500 millones de dólares en la primera instalación se ha topado con el rechazo del Partido Republicano al realizarse de la mano del gigante chino CATL. Algo que ha provocado incluso acusaciones desde el sector político de conexiones de Ford con el partido comunista chino.
El resultado de esta situación la ha descrito de una forma muy gráfica el presidente de Ford, que ha indicado que si la situación queda atrapada por cuestiones políticas: «sabes que el cliente realmente se va a joder«.
Mientras tanto los grupos chinos continúan invirtiendo en nuevas plantas de producción de baterías, de coches, y expandiendo todavía más sus economías de escala y sus acuerdos para la adquisición de los componentes que dan forma a motores y baterías. Por su parte en occidente se pelean para tumbar las normas sobre emisiones contaminantes para seguir vendiendo coches diésel o gasolina un poco más.
Algo a los que no podemos olvidar, hay que sumar el ascenso imparable de una Tesla que ya cuenta con una capacidad de producción anual de 2.1 millones de unidades, casi la mitad de los coches producidos globalmente por Ford en 2022. Un crecimiento que permitirá a Tesla lograr cumplir con las estimaciones de los diferentes analistas que esperan que para 2025 la producción llegue a una cifra cercana a los 5 millones de unidades al año, lo que le permitirá superar al gigante de Detroit.
