Los fabricantes advierten de que la Euro 7 les costará hasta 10 veces más que lo estimado por la UE
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Publicado: 24/05/2023 09:19
De acuerdo con el lobby ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles), la futura normativa de emisiones Euro 7 podría costarle a la industria hasta diez veces más que lo estimado por la Unión Europea, lo que afectaría de forma directa a sus actuales inversiones en electromovilidad. Mientras que la Comisión calcula que el monto ascendería a unos 184 euros por automóvil, Frontier Economics eleva esta cifra a 1.862 euros.
Según el estudio realizado por la consultora para ACEA, en el caso de autobuses y camiones llegaría a los 11.707 euros por vehículo, un aumento considerable frente a los 2.765 euros estimados por Bruselas. Esto conllevaría un importante aumento de precios, con el consecuente perjuicio para los consumidores y el sector automotriz.
«La industria automotriz europea se compromete a reducir aún más sus emisiones», afirma la directora general de ACEA, Sigrid de Vries. «Sin embargo, la propuesta de la Euro 7 simplemente no es la forma correcta de hacerlo, ya que tendría un impacto ambiental extremadamente bajo a un coste extremadamente alto».
La Euro 7, que debería entrar en vigor a mediados de 2025 para automóviles y dos años más tarde para camiones y autobuses, busca endurecer los límites de emisiones de monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno e incluso partículas de frenos y neumáticos. Sin embargo, las marcas creen que a la hora de la verdad sus beneficios ambientales serán mínimos.
La Euro 7 podría ser bloqueada por Francia, Italia y otros seis países europeos
La nueva norma cada vez tiene más detractores y menos visos de salir adelante. Ayer mismo se supo que un grupo de ocho países europeos (Francia, Italia, República Checa, Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumania y Eslovaquia) ha solicitado su supresión total por considerarla poco realista e incluso perjudicial para la industria autóctona.
Uno de los argumentos esgrimidos por los fabricantes para rechazar la Euro 7 es que les obligará a destinar una importante cantidad de recursos a una tecnología (los motores de combustión interna) que la Unión Europea planea prohibir a partir del año 2035.
«No creo que Europa necesite [la normativa] Euro 7. Va a desviar parte de nuestro poder de I+D a algo que no necesitamos, mientras que nuestros competidores chinos ingresan al mercado únicamente con coches eléctricos a baterías. ¿Por qué estamos usando nuestros recursos en una tecnología que queremos prohibir? No es de sentido común», declaraba hace unos meses Carlos Tavares, CEO del grupo Stellantis.
Fuente | Automotive News Europe