¿Quieres estar informado diariamente con las últimas novedades del mundo del motor?

Ahora no Permitir

La china Ganfeng se adelanta a todos y comienza por sorpresa la producción en masa de su batería con electrolito sólido

Mientras que la mayor parte de la industria ha estimado que las primeras baterías con electrolito sólido no llegarán hasta como pronto 2025, hoy la china Ganfeng Lithium ha sorprendido a todo el mundo con el anuncio no del final del desarrollo de su diseño, sino el final de las pruebas de verificación y el inicio de la producción en masa.

No hablamos de una startup desconocida lanzando grandes anuncios para captar capital. Y es que Ganfeng Lithium es el mayor productor de litio del mundo por capitalización de mercado. Una empresa que en 2021 presentó los primeros resultados de sus trabajos en el desarrollo de baterías con electrolito sólido, que ahora han dado sus frutos.

Según la compañía durante una presentación ante los inversores, la producción en masa de su batería de estado sólido de primera generación ha dado comienzo en una planta que tendrá una capacidad a pleno rendimiento de 4 GWh al año.

Aunque todavía no se han relevado muchos detalles técnicos, suponemos que para no dar muchas pistas a sus rivales, estas celdas con electrolito sólido forman parte de la que han denominado «primera generación» que logran una densidad energética de 260 Wh/kg. Una cifra que no es demasiado elevada y que se coloca a la altura de las baterías de litio actuales más competitivas.

Pero este es sólo el primer paso de una evolución donde ya se está preparando una segunda generación que aumentará sus cifras hasta los 400 Wh/kg. Un modelo que según el presidente de Ganfeng, comenzará su producción dentro de un año.

Los planes iniciales es que la primera generación se utilice en aplicaciones como el almacenamiento estacionario, respaldo de las energías renovables o baterías para el hogar, mientras que la segunda generación ya se usará para aplicaciones de transporte.

Uno de los aspectos más interesantes de esta química es su elevado nivel de estabilidad térmica, que da como resultado unas baterías más seguras que cumplen con los requisitos de los fabricantes de coches que las han probado, lo que ha dado luz verde al inicio de su producción.

Un aspecto que además de elevar la confianza en los acumuladores, también abre las posibilidades para ser usadas en aplicaciones como el transporte aéreo y todos aquellos sectores donde la seguridad sea una cuestión crítica.

Compártelo: Compartir en WhatsApp Compartir en Menéame