Los volantes de inercia, el inesperado aliado para los puntos de recarga ultrarrápidos

Los volantes de inercia, el inesperado aliado para los puntos de recarga ultrarrápidos

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Publicado: 30/05/2023 07:07

El despliegue de una infraestructura de recarga verdaderamente rápida, más de 150 kW, es fundamental para permitir la implantación rápida del coche eléctrico. El problema es que muchas veces la propia red no está preparada para atender elevadas potencias. Para ello se están empezando a usar baterías. Pero su elevado precio y sus limitaciones de vida útil a elevadas potencias hace que la industria busque alternativas. Y ahora parece que han encontrado una solución en una aplicación con unos cuantos años a su espalda. Los volantes de inercia.

Básicamente, un volante de inercia, o volante motor, es un elemento pasivo que permite almacenar energía cinética. Prescinde de elementos químicos y costosos de las baterías, pudiendo ofrecer elevadas potencias de salida. Algo que la empresa británica Zooz Power ha visto como una alternativa y ha desarrollado un sistema pensado para una aplicación diferente a las vistas hasta ahora para esta tecnología.

Los sistemas de inercia tienen la ventaja de que pueden acumular una reserva de energía a baja tensión, aprovechando los momentos de menor coste de la energía, pero luego son capaces de liberarla con potencias mucho más elevadas una vez cargados.

Eso significa que se podría instalar un cargador ultrarrápido de 350 kW junto con un sistema de almacenamiento de volante, y todo sin las costosas actualizaciones que puede necesitar la red eléctrica del lugar, y también sin el impacto en la propia red del consumo de esos elevados niveles de potencia.

Lo mejor de todo es que no se trata de un sistema de futuro o una idea en búsqueda de inversores para su desarrollo. La empresa inglesa Levistor está desarrollando tecnología de volante de inercia utilizada en Zoozter Kinetic Power Booster. Un sistema hecho de acero laminado en caliente y templado que, junto con todos los materiales utilizados en su fabricación, es además de potente, 100% reciclable.

Cada punto es capaz de liberar picos de potencia de 300 kW, y podrá acumular energía suficiente como para alimentar la carga de 20 coches eléctricos medios por jornada. Algo que equivale a unos 7.000 ciclos de carga y descarga anuales, suficiente como para comenzar a degradar de forma significativa una batería de litio usada en este tipo de aplicaciones de alta potencia.

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Pero según explican sus desarrolladores, el volante de inercia no se degrada, lo que le permite ofrecer un servicio a largo plazo, y además, fabricado con materiales fácilmente sustituibles en caso de desgaste, y reciclables.

Un diseño que, como hemos dicho, no es un concepto ni una idea, sino que es un producto que ya está a la venta y que incluso está realizando sus primeras instalaciones en lugares como Alemania o Austria, donde las primeras estaciones dotadas de esta tecnología ya han sido establecidas, y que ahora tendrán que dar sus primeros resultados una vez reciba los permisos para comenzar a operar.