Los índices de expectativas de crecimiento están en mínimos desde la crisis del 2008 entre los fabricantes de coches alemanes. Una situación pesimista que tiene como origen tanto la ola inflacionaria, los elevados costes energéticos en el país, así como la cada vez mayor competencia por parte de los grupos chinos y de una imparable en su crecimiento Tesla.
Según los resultados de una encuesta del Instituto Ifo con sede en Múnich, las expectativas de futuro de empresas como Volkswagen, Mercedes-Benz y BMW, se han deteriorado por quinto mes consecutivo y en junio han caído hasta los -56,9 puntos, un fuerte descenso desde los -10,3 puntos del mes anterior. Cifra que no está muy lejos del mínimo durante el 2008, cuando llegó a los -67,8 puntos.
Algunas industrias alemanas, como el fabricante de productos químicos Lanxess, han recortado las perspectivas en las últimas semanas debido a una demanda más débil, un movimiento que se espera sea seguido por otros muchos grupos.
Entre los motivos que esgrime el informe, encontramos factores como el pesimismo sobre una recuperación económica postpandemia, así como los elevados costes financieros por el alza de los tipos de interés.
Según Oliver Falck, director del Centro de Organización Industrial y Nuevas Tecnologías de Ifo.“Los fabricantes de coches están experimentando una gran incertidumbre, comparable a los primeros días de la guerra en Ucrania. Para compensarlo, los grupos alemanes planean aumentar los precios, particularmente para los modelos de vehículos premium y eléctricos«.
Unos movimientos que además vienen acompañados por los recientes anuncios de grandes grupos, como Volkswagen, que han tenido que reducir o parar producción en sus principales fábricas de coches eléctricos por la débil demanda existente en Europa.
Nada que ver con China, hasta ahora uno de sus pilares, donde los grupos locales están expulsando de una forma bastante rápida y eficiente a las marcas occidentales, y donde ocupan el grueso de las ventas de coches eléctricos e híbridos enchufables.
Unas tecnologías que este año ocuparán entre el 40 y el 50% de las ventas en China, y que están permitiendo a los grupos del gigante asiático desarrollar una potente industria de producción de coches, de baterías, con la que están comenzando a salir al mundo a conquistar comercialmente los diferentes mercados.
