El presidente de Stellantis ha confirmado hace unas semanas que la competencia que estaba llegando de China se convertiría en un reto brutal para los grupos occidentales, que tendrán que buscar la forma de producir coches baratos y rentables. Un plan que incluye la reducción de salarios y beneficios para los trabajadores, y que se ha encontrado de frente con el no rotundo de los sindicatos.
Es el caso del proyecto para fabricar coches eléctricos de precio razonable en Estados Unidos. Allí, Stellantis lleva unos meses negociando con los sindicatos las condiciones que estiman necesarias para lograrlo de una forma sostenible. El objetivo, fabricar coches con precios de 25.000 dólares, y que sigan siendo rentables.
Pero las negociaciones con los sindicatos no marchan bien. Así lo ha indicado el presidente de la United Auto Workers (UAW) Shawn Fain, que en una entrevista a Autonews ha indicado que «la transición hacia el coche eléctrico no tiene que ser una carrera hacia el abismo. Desafortunadamente, Stellantis ha adoptado el enfoque de camino bajo, lo que ha resultado en plantas cerradas y comunidades destruidas. El modelo de negocios de Stellantis no funciona, y hasta que lo arreglen, nunca alcanzarán ese objetivo de 25,000 dólares«.
En un directo en las redes sociales, el propio Fain ha realizado una acción simbólica al tirar a un cubo de la basura una copia de las propuestas de Stellantis, indicando que el fabricante «escupió en la cara a los miembros de la UAW al buscar reglas más estrictas, cobertura de atención médica reducida y otras concesiones de los trabajadores«.
En Europa, Stellantis ultima la presentación de uno de los primeros modelos que se colocarán en el arco de los 25.000 euros, el Citroen C3. Una propuesta que será mostrada al público el próximo 17 de septiembre, y que incluso se indica se colocará por debajo de esa cifra en su versión más económica, con un coste de entre 22 y 23 mil euros.
El Citroën C3 eléctrico rondará los 4 metros y se ubicará en el segmento B. Un hatchback con rasgos de SUV, con protecciones plásticas en los bajos, barras en el techo y una suspensión ligeramente sobreelevada.
Una de las claves de este modelo es que será el primer Citroën en beneficiarse de una nueva política comercial corporativa, a raíz de la cual la marca simplificará su oferta a un máximo de tres niveles de acabado por modelo frente a los cuatro o cinco actuales, con pocas o ninguna opción. Además, los precios se reducirán; a cambio, no se hará ningún descuento.
De momento no se saben sus características técnicas, ni tampoco el lugar donde se fabricará. Algo como vemos, clave para Stellantis de cara a lograr una mano de obra más económica que les permita luchar contra los chinos con más garantías, y que como vemos, no tendrá nada fácil lograr.
