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A contracorriente: Tesla reducirá el uso de carburo de silicio mientras el resto de fabricantes lo adoptan en masa

La industria automotriz está invirtiendo miles de millones de dólares en la tecnología de carburo de silicio con el objetivo de desarrollar una nueva generación de inversores para vehículos eléctricos capaz de ofrecer una mayor estabilidad a voltajes altos (lo que permite una carga mucho más rápida). Los proveedores se están preparando para una demanda masiva por parte de los fabricantes en los próximos años.

Más allá de su capacidad para operar mejor a un mayor voltaje, los inversores de carburo de silicio también son más ligeros y pequeños, funcionan a temperaturas más altas, tienen hasta un 70% menos de pérdidas por conmutación y unas frecuencias de conmutación más rápidas, lo que se traduce en una autonomía un 5-6% superior.

De acuerdo con S&P Global Mobility, los inversores de carburo de silicio dominarán la industria en 2034, con un ritmo de crecimiento anual del 32%. Si bien a día de hoy se están utilizando principalmente en modelos premium con sistemas de 800 voltios, más adelante se irán extendiendo a coches eléctricos de corte generalista con voltajes más bajos.

De cara al año 2027, el mercado de chips de carburo de silicio para la industria automotriz alcanzará un valor superior a los 4.000 millones de dólares. Algunos de los automóviles actualmente a la venta que utilizan este avance son los Audi e-tron GT, Hyundai IONIQ 5 e IONIQ 6, KIA EV6, Lucid Air y Porsche Taycan.

Porsche Taycan cargando en una estación de IONITY

La industria confía en reducir los costes de los inversores de carburo de silicio según aumente su producción

Sin embargo, no todo el sector está avanzando en la misma dirección. Colin Campbell, jefe de ingeniería de trenes propulsores de Tesla, confirmó el pasado mes de marzo que la firma californiana reducirá el uso de este material en un 75% en su próxima plataforma con el objetivo de reducir costes al máximo. «El carburo de silicio es un semiconductor increíble, pero también es caro y difícil de escalar. Entonces, usar menos es una gran victoria para nosotros». Esto resulta especialmente significativo si tenemos en cuenta que Tesla fue la primera marca en adoptar esta tecnología con el lanzamiento del Model 3 a mediados de 2017.

Berthold Hellenthal, gerente estratégico de semiconductores de Audi, señala que, aunque los inversores de carburo de silicio sean más caros que los de silicio, pueden generar importantes ahorros de costes. «El carburo de silicio puede hacer que los vehículos sean más asequibles porque se puede obtener más autonomía con el mismo tamaño de batería o se pueden usar menos celdas. También se ahorra en refrigeración».

Dirk Walliser, director de I+D de ZF, afirma que los precios bajarán según vaya aumentando la escala de fabricación. «Ahora que sabemos cómo [trabajar con este material], la ventaja de que el silicio sea un producto producido en masa se ha ido. Con la llegada de tantos vehículos eléctricos nuevos, el volumen de producción del carburo de silicio ha aumentado, por lo que la escala está ahí para rentabilizar las inversiones».

Fuente | Automotive News Europe

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