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California es el ejemplo de la explosión de las ventas de coches eléctricos al pasar la barrera del 5%

Hace unas semanas, podíamos leer un informe de Bloomberg que recopilaba el número de países donde las ventas de coches eléctricos habían pasado del 5%. Una cifra que catalogan como crítica, y que supone en principio de un ascenso imparable del mercado. Un ejemplo práctico lo encontramos en California, donde en menos de cinco años han pasado del 2% al 22% de ventas de eléctricos, y donde las matriculaciones se han disparado precisamente al alcanzar ese 5%.

Según Bloomberg, ya son 23 los países donde se han logrado alcanzar o superar el 5% de ventas de coches eléctricos. Un umbral en el que las preferencias comienzan a cambiar de forma acelerada y donde la curva de adopción se acentúa todavía más. Y California fue uno de los primeros mercados importantes en alcanzar ese punto de inflexión.

Desde 2018 las matriculaciones de coches eléctricos en el estado norteamericano se han disparado. Si California fuera un país, ahora ocuparía el cuarto lugar en términos de ventas de coches eléctricos, solo por detrás de China, el resto de Estados Unidos y Alemania.

El ritmo de adopción tampoco muestra signos de desaceleración, ya que las ventas en el segundo trimestre aumentaron un 70% con respecto al mismo período en 2022. Estados Unidos en su conjunto está solo tres años por detrás de California y actualmente sigue su camino. Si la tendencia continúa, una cuarta parte de las ventas de coches en Estados Unidos podrían ser eléctricos en 2026.

Este dato es muy importante, ya que los fabricantes invierten grandes cantidades de dinero en conocer cuándo los coches eléctricos darán un salto adelante en su adopción masiva. Un desafío existencial para los grupos tradicionales en una transición que requiere una inversión de cientos de miles de millones, que además deben realizarse años antes de que se produzca la demanda generalizada.

Invertir demasiado pronto puede suponer la pérdida de grandes cantidades de dinero en modelos que el mercado no demandará, mientras que moverse demasiado lento supone un riesgo de ceder el mercado a empresas pioneras, como Tesla, y ahora también los nuevos fabricantes chinos.

Es por eso que los casos de éxito como los de California son tan importantes, ya que supone un anticipo de por dónde irán los tiros en los próximos cuatro o cinco años. Y las señales son bastante preocupantes para los grandes fabricantes.

Por ejemplo, en California, Tesla superó a Toyota como la marca de coches más vendida. No solo eso, sino que además lo ha hecho de una forma aplastante, dominando el sector del coche eléctrico con mano de hierro.

Tesla controla el 60% del mercado de coches eléctricos de Estados Unidos. Pero no contentos con esta posición, los americanos se han pasado el año bajando precios e incluso lanzando la renovación de modelos como el Model 3. Todo manteniendo unos márgenes de beneficio muy por encima de sus rivales.

Otro dato muy a tener en cuenta es que hasta 2020, las ventas de coches eléctricos en California estaban dominadas casi en exclusiva por un solo vehículo, el Tesla Model 3. Un modelo que salía de una única fábrica, la de Fremont. Ahora, el mercado de eléctricos de Estados Unidos ya no depende de una única instalación, y se están invirtiendo unos 200.000 millones de dólares en levantar hasta 100 nuevas fábricas de coches y baterías en suelo norteamericano. Algo que los expertos indican puede ser el mayor crecimiento industrial en la historia del automóvil estadounidense.

Un «canario en la mina» que debería servir de ejemplo a los grupos tradicionales de que estamos a las puertas de un verdadero tsunami de ventas de coches eléctricos, y donde aquellos que no lo den todo corren el riesgo de quedarse atrás de forma irreversible.

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